Menores de 11, 14 y 16 años detenidos tras un asalto y una persecución cinematográfica en San Isidro

Una banda integrada por cuatro adolescentes y un adulto fue capturada luego de asaltar una vivienda. El operativo incluyó una persecución a toda velocidad, un choque y la intervención del sistema de cámaras de seguridad del distrito.

Policiales16 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Persecución cinematográfica en San Isidro.

El sabado de San Isidro se vio alterado por un hecho policial que estremeció a vecinos y autoridades. Un grupo de jóvenes, algunos apenas niños, irrumpió en una vivienda para robar objetos de valor y luego intentó escapar en un auto, dando lugar a una persecución que terminó de manera aparatosa. El episodio expuso nuevamente el debate sobre la edad de imputabilidad y el rol del sistema judicial frente a la participación de menores en delitos violentos.

La fuga, con maniobras peligrosas y escenas que parecían sacadas de una película de acción, culminó con cinco detenidos: cuatro adolescentes de 11, 14 y 16 años, y un joven de 25. El operativo combinó la acción de patrulleros en la calle con el monitoreo de las cámaras lectoras de patentes y el Centro de Operaciones Municipal.

Todo comenzó con la irrupción de los sospechosos en una vivienda vacía de San Isidro. La banda se llevó parlantes, joyas, celulares y hasta joysticks de videojuegos. Al intentar escapar en un Chevrolet Agile bordó, fueron detectados por las cámaras de seguridad que alertaron a la policía. Lo que siguió fue una persecución a alta velocidad que puso en riesgo a automovilistas y peatones. El auto chocó de frente contra otro vehículo en un intento por esquivar a un patrullero, pero los ocupantes continuaron la huida hasta que finalmente fueron interceptados.

En el interior del automóvil se encontraba el adulto junto a tres menores, mientras que un cuarto adolescente, de 16 años, intentó escapar a pie y subirse a un colectivo, aunque fue reducido rápidamente gracias al seguimiento en tiempo real de las cámaras municipales. El material robado fue recuperado en su totalidad.

El caso impactó no solo por la violencia y el despliegue delictivo, sino también por la edad de los involucrados. El menor de 11 años no es punible según la legislación vigente, por lo que su situación será abordada por organismos de protección de derechos, mientras que los otros adolescentes fueron imputados por robo agravado por efracción, encubrimiento agravado y resistencia a la autoridad. La justicia confirmó además que uno de los jóvenes de 16 años tenía una orden de captura activa tras haberse fugado de un instituto de menores.

La participación de un adulto en la organización del robo añade gravedad al caso, ya que no solo se trata de un delito contra la propiedad, sino también de un escenario donde adolescentes son utilizados o arrastrados a participar de hechos violentos. El operativo dejó en evidencia la efectividad de las herramientas de seguridad en el municipio, pero al mismo tiempo reabrió el debate sobre cómo enfrentar la creciente participación de menores en delitos graves.

El episodio en San Isidro se inscribe en una serie de hechos recientes que muestran a adolescentes involucrados en robos violentos, lo que mantiene vigente la discusión sobre la respuesta del sistema judicial y las medidas preventivas. Para los vecinos, lo que parecía una jornada común se transformó en una escena de acción real, que terminó con la detención de cinco personas y un llamado de atención sobre un problema social que trasciende la estadística policial.

 

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