El poder de Karina Milei: Caputo volvió a la mesa, pero los cambios quedaron en pausa

Tras la derrota en Buenos Aires, Javier Milei reunió dos veces a su gabinete. Santiago Caputo intentó instalar la idea de un recambio ministerial, pero el Presidente decidió frenar las modificaciones. Karina Milei se consolidó otra vez como la gran ganadora interna.

Política08 de septiembre de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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El triángulo de hierro

El revés electoral en la provincia de Buenos Aires encendió las alarmas en la Casa Rosada. Javier Milei buscó dar una señal de control con dos reuniones de gabinete en un mismo día, rodeado de sus ministros y colaboradores más cercanos. Los encuentros sirvieron para hacer autocrítica, discutir estrategias y analizar cómo recuperar la iniciativa política antes de las elecciones nacionales de octubre.

Entre los pasillos circuló con fuerza la versión de que Santiago Caputo, cerebro comunicacional del mileísmo, había acercado la idea de un recambio ministerial como forma de mostrar reacción ante la crisis. Pero la jugada no prosperó: Milei decidió mantener a todo su equipo, y en esa decisión volvió a imponerse la influencia de Karina Milei, reafirmada como la pieza central del oficialismo.

El lunes posterior a la derrota bonaerense, el Presidente encabezó dos rondas de reuniones. Por la mañana reunió a los ministros en Casa Rosada y por la tarde repitió con un esquema ampliado, donde se sumaron referentes económicos. La consigna fue clara: transmitir que el gobierno sigue firme, pese al golpe político recibido en las urnas.

En esos encuentros se trabajó sobre tres ejes: la necesidad de mejorar la comunicación, la urgencia de reconectar con la ciudadanía y la importancia de reforzar el discurso contra la “casta”. La palabra “autocrítica” se escuchó varias veces, aunque no hubo anuncios de cambios inmediatos en los ministerios.

En paralelo, comenzó a delinearse una reorganización política. Milei aprobó la creación de dos instancias de coordinación: una mesa política nacional, encabezada por él mismo y con la presencia de Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y Manuel Adorni; y una mesa de diálogo federal, destinada a mantener interlocución con los gobernadores provinciales. El mensaje fue que el gobierno no se aislará y buscará reordenar su frente interno sin abrir una crisis de gabinete.

EL DÍA DESPUÉS DE LA DERROTA

El regreso de Santiago Caputo a la primera línea de las reuniones fue un dato significativo. Su figura había quedado relegada tras las tensiones con el entorno de Karina, pero ahora volvió a ocupar espacio en la estrategia electoral. Fue él quien planteó la necesidad de mostrar reflejos políticos con un recambio ministerial. Sin embargo, la decisión final fue otra: no habrá cambios inmediatos.

Esa resolución reflejó, una vez más, el peso de Karina Milei en la conducción política del oficialismo. La hermana del Presidente dejó en claro que el rumbo no se corrige con movimientos de gabinete, sino con un cierre de filas y una intensificación de la campaña. Su voz prevaleció, y con ella se consolidó el liderazgo de “la jefa” dentro del esquema de poder libertario.

El resultado fue doble: Santiago Caputo recuperó visibilidad, pero no logró imponer su propuesta. Y Karina, al frenar cualquier modificación, reafirmó que la estructura política de La Libertad Avanza sigue orbitando a su alrededor. El “triángulo de hierro” del poder presidencial se mantiene, pero con un orden jerárquico donde ella vuelve a mostrarse como la principal ganadora.

La jugada tiene riesgos. El oficialismo apuesta a resistir con el mismo equipo, confiando en que el desgaste pueda revertirse con narrativa y organización política. Sin embargo, la falta de señales más contundentes alimenta las dudas en sectores que pedían una reacción más visible. Los gobernadores, atentos a la evolución de la crisis, miran con cautela mientras se activan las mesas de diálogo.

El escenario muestra que Milei atraviesa un momento delicado: intenta sostener su relato de outsider que combate privilegios, pero al mismo tiempo enfrenta la presión de resultados electorales adversos, denuncias de corrupción en organismos estatales y la necesidad de mantener cohesionada a su tropa. La batalla interna entre los estilos de Karina y Caputo no terminó, aunque en esta ronda la hermana del Presidente volvió a imponerse.

 

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