García Mansilla renunció a su cargo tras 40 días en la Corte Suprema

Lo hizo este mediodía, a través de un escrito, en medio de una intensa controversia política y judicial: el viernes el Senado rechazó su pliego por amplia mayoría y un juez dictó una medida cautelar en su contra.

Política07 de abril de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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García Mansilla jura en la Corte Suprema el 27 de marzo pasado, ante sus colegas del tribunal.

El abogado y profesor Manuel García Mansilla, que comenzó su trabajo en la Corte Suprema de Justicia el 27 de marzo, renunció hoy a su puesto, solo 40 días después de haber tomado posesión en el tribunal.  La decisión se da en un momento de mucha tensión política y legal, después de que el Senado rechazara su propuesta y una orden judicial le impidiera firmar resoluciones. La renuncia de García Mansilla deja a la Corte con solo tres miembros otra vez:  Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz.

García Mansilla tuvo un corto tiempo en el máximo tribunal, comenzando con su nombramiento a través del decreto 137/25, que firmó el presidente Javier Milei el 25 de febrero pasado. Este decreto también nombró al juez federal Ariel Lijo, pero él no aceptó el cargo porque se negó a renunciar a su puesto actual, que era un requisito de la Corte Suprema para poder incorporarse.

El rechazo del Senado y la orden de protección.

El pasado viernes, el Senado rechazó por una gran mayoría los pedidos de García Mansilla y Lijo, lo que aumentó la presión sobre García Mansilla para que renunciara a su puesto.  Poco después de la votación, el juez federal de La Plata, Alejo Ramos Padilla, firmó una orden que indicaba a García Mansilla que no podía firmar resoluciones o acciones administrativas por un período de 90 días, hasta que se aclarara la legalidad del decreto presidencial que lo había nombrado.

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La medida cautelar fue solicitada por el abogado Jorge Rizzo y el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, quienes dijeron que la designación de García Mansilla afectaba la independencia del sistema judicial. Ramos Padilla basó su decisión en el artículo 99 inciso 19 de la Constitución Nacional, que dice que un juez nombrado de manera temporal no puede realizar funciones judiciales sin la aprobación del Senado. “El Senado de la Nación debe llegar a un acuerdo y esto no puede ser reemplazado por una decisión del Poder Ejecutivo Nacional”, dijo el juez.

A pesar de la orden judicial, el Gobierno apoyó la validez del decreto presidencial, diciendo que era una facultad constitucional del Poder Ejecutivo. Este sábado, el gobierno presentó un recurso de “per saltum” ante la Corte Suprema para anular la decisión tomada por Ramos Padilla. Sin embargo, los otros tres jueces del tribunal no parecían dispuestos a atender el recurso, lo que puso a García Mansilla en una situación cada vez más complicada.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo públicamente que no hay ningún artículo en la Constitución que obligue a García Mansilla a renunciar en estas condiciones.  De manera similar, García Mansilla había enviado un documento a Ramos Padilla apoyando su nombramiento y diciendo que su destitución solo podía hacerse a través de un juicio político.

Las consecuencias políticas y legales
El caso de García Mansilla ha provocado un gran debate sobre las implicaciones políticas y legales de las designaciones temporales. Según algunas interpretaciones, el rechazo de los documentos por parte del Senado no anula automáticamente el decreto presidencial ni significa que los jueces nombrados sean removidos de inmediato. Teóricamente, García Mansilla podría haber permanecido en su puesto hasta el 30 de noviembre, que es el final del año legislativo después de su nombramiento, a menos que comenzara un juicio político.

No obstante, la controversia sobre su nombramiento y la medida cautelar de Ramos Padilla dieron paso a la posibilidad de que las decisiones del tribunal sean llevadas a los tribunales. Las decisiones de García Mansilla podrían haber sido cuestionadas, especialmente las que firmó después de que su pliego fue rechazado en el Senado.

Una vez más, la Corte de tres
En medio de este conflicto, el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, habló sobre la situación en una entrevista de radio.  Lorenzetti dijo que la decisión del Senado era “respetable” y mostró su desacuerdo con las designaciones hechas por decreto. “Yo nunca aceptaría ser nombrado por decreto”, dijo, refiriéndose a la controversia sobre el nombramiento de García Mansilla.

A pesar de las tensiones, Lorenzetti destacó que la Corte Suprema sigue trabajando normalmente.  "La Corte es una entidad que trasciende a las personas que la componen." "Estamos trabajando bien, estamos dando sentencias y seguiremos haciéndolo a pesar de lo que digan", afirmó.

La renuncia de García Mansilla no solo deja a la Corte Suprema con tres miembros, sino que también crea dudas sobre el futuro de las nombramientos en comisión y el papel del Senado en supervisar estas decisiones.  Este caso podría ser importante para establecer los límites y capacidades del Poder Ejecutivo al nombrar jueces.

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