Rusia lanza el mayor ataque aéreo contra Ucrania desde 2022 y eleva el costo humano

Durante la madrugada del 29 de junio, Rusia lanzó al menos 537 armas aéreas — mostly drones and misiles — en una ofensiva masiva. El ataque dejó numerosos muertos e heridos, incluyó la pérdida de un piloto ucraniano y disparó alarmas internacionales.

Mundo30 de junio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Rusia lanzó su mayor ataque aéreo contra Ucrania.

La noche se convirtió en un nuevo umbral de escalada bélica: Rusia desató su ofensiva aérea más extensa desde que inició la invasión en febrero de 2022. Con una combinación inédita de más de 500 drones y misiles, la agresión mostró la capacidad acumulada por Moscú para saturar las defensas ucranianas e impactar zonas urbanas distanciadas del frente.
El objetivo estratégico parece doble: desgastar la defensa antiaérea y quebrar la moral civil ante la persistencia de bombardeos letales, mientras la comunidad internacional se moviliza para fortalecer la respuesta defensiva de Kiev.

El ataque en cifras
La ofensiva incluyó al menos 477 drones (en su mayoría tipo Shahed) y 60 misiles de distinto alcance, lanzados durante la noche en varias oleadas. Las fuerzas ucranianas lograron neutralizar 249 drones en combate directo y se presume que otros 226 fueron desviados mediante guerra electrónica. Aún así, al menos un piloto ucraniano perdió la vida al derribar siete objetivos y luego estrellarse con su F‑16 sobreviviendo para alejarse de zonas habitadas. Además, al menos seis civiles murieron, entre ellos un niño, y una decena resultaron heridos en ciudades como Smila, Jersón y Leópolis.

Consecuencias inmediatas
La magnitud del ataque paralizó el espacio aéreo y activó defensas vecinas como Polonia, que envió cazas de alerta. En Ucrania, se registraron incendios, cortes de luz e infraestructura afectada en varias localidades, incluyendo Leópolis, Smila y Jersón. Mongolia y otros estados vecinos también elevaron sus alertas. El piloto ucraniano, reconocido como héroe nacional, recibió honores póstumos por su sacrificio.

Reacción internacional y militar
El presidente Zelensky denunció públicamente el ataque como una muestra del compromiso ruso con la prolongación del conflicto y pidió con urgencia sistemas de defensa avanzados, entre ellos misiles Patriot y más F‑16. Alemania confirmó su apoyo continuo con nuevas baterías antiaéreas y asistencia humanitaria, al tiempo que mantiene su negativa a enviar misiles Taurus — tema de debate en la OTAN.

Un patrón creciente
Este bombardeo se inscribe en un patrón de intensificación: solo en junio hubo al menos cinco masivos ataques nocturnos, con hasta 537 armas lanzadas en una sola noche. El incremento de la fabricación rusa de drones y misiles sugiere un cambio táctico hacia bombardeos ahogantes, apuntando tanto a objetivos militares como a civiles e infraestructuras críticas.

¿Dónde deja esto la guerra?
El ataque marcó un punto de inflexión. La capacidad de Rusia para lanzar oleadas catastróficas presiona las defensas ucranianas y redefine la urgencia de consolidar el apoyo occidental. Ucrania anunció su salida de tratados internacionales sobre minas antipersonales, como respuesta a lo que considera violaciones rusas repetidas. El riesgo de escalada —y de guerras por proxy— crece.

La ofensiva aérea más devastadora del conflicto hasta la fecha pone a prueba la resiliencia ucraniana —tanto en su defensa militar como en la moral civil— y obliga a la comunidad internacional a reforzar su compromiso. Las próximas semanas definirán si este patrón se transforma en norma o si emerge un nuevo impulso diplomático para frenar la escalada.

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