🤖 ¿Quién decide por nosotros? Joan Cwaik y el poder invisible de los algoritmos

En diálogo con Alejandro Cabrera, el tecnólogo Joan Cwaik expuso cómo las plataformas digitales moldean la percepción de la realidad, los sesgos políticos y hasta el concepto de verdad, en una era dominada por la atención y la inteligencia artificial.

Actualidad01 de julio de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
joan_cwaik_newsba
Joan Cwaik

🎯 El algoritmo como guionista invisible

Joan Cwaik es uno de los divulgadores tecnológicos más influyentes del mundo hispano. Con más de una década de experiencia en innovación y robótica doméstica, Cwaik acaba de lanzar su cuarto libro: El algoritmo. Quién decide por nosotros. El texto —y la entrevista— giran en torno a una inquietud profunda: la ilusión de autonomía en un mundo atravesado por plataformas.

Según Cwaik, los algoritmos actúan como “arquitectos invisibles” que nos sugieren qué mirar, a quién seguir, qué leer, con quién salir y hasta qué pensar. Lo que creemos que decidimos de forma libre está previamente condicionado por una estructura diseñada para retener nuestra atención. La supuesta libertad es, en realidad, un marco predeterminado.

 
🧠 ¿Quién maneja el algoritmo?

La respuesta es clara: no es neutro ni autónomo. Detrás hay compañías, intereses comerciales, geopolíticos y sociales. En palabras de Cwaik, se libra una guerra por la atención. Cada app compite por mantenernos dentro el mayor tiempo posible. TikTok, Instagram, X: todas quieren evitar que nos desconectemos. Y lo hacen alimentando nuestras creencias, nuestros gustos y emociones más profundas.

“El sueño es la única competencia que no pueden vencer”, ironiza Cwaik, citando una frase célebre del fundador de Netflix. Todo está diseñado para que no dejemos de consumir. Pero ¿a qué precio?

 
⚖️ La ilusión de conveniencia y sus costos

El autor propone una metáfora potente: la pastilla azul y la pastilla roja. La azul representa la comodidad: contenidos que confirman lo que pensamos, videos que apelan a nuestras emociones, ideología servida en bandeja. Pero la roja —más incómoda— revela que nada es neutral. Cada clic responde a una lógica de segmentación y sesgo.

El problema no es solo individual. La democracia misma se ve afectada. “A los algoritmos les interesa lo viral, no lo verdadero”, afirma. En ese marco, la radicalización se vuelve moneda corriente. Los algoritmos nos muestran lo que queremos ver, o bien lo que más nos molesta, para confirmar nuestros prejuicios. La idea de una ciudadanía crítica se diluye.

 
🧨 Política, troll centers y desinformación

Consultado sobre el uso político de los algoritmos, Cwaik fue tajante: la manipulación digital ya no es teoría, es práctica cotidiana. Las campañas se construyen con bots, trolls y hashtags diseñados para dividir. La verdad se vuelve irrelevante frente al impacto viral.

“Cuando fue la sentencia de Cristina, cuando estalló la guerra entre Israel e Irán, los algoritmos reforzaron la polarización”, explicó. Y mencionó cómo incluso un simple video, sin contexto, puede instalar falsedades que moldean decisiones electorales. A veces, un clip visto durante dos segundos genera una imagen que se graba en el subconsciente.

🧠 El peligro de la inteligencia artificial generativa

Sobre el final de la charla, el entrevistado planteó una alerta preocupante: estamos cerca de no poder distinguir lo real de lo falso. Los videos hiperrealistas creados por IA ya existen. Solo falta que se liberen de forma masiva.

Para fines de 2025 o inicios de 2026, vaticina Cwaik, veremos contenido sintético tan creíble que hará tambalear nuestras nociones de autenticidad. Y ahí entran los discursos de odio, las operaciones políticas, la manipulación a gran escala. Si hoy cuesta discernir, en breve será casi imposible.

 
🧘 Dieta digital y conciencia ciudadana

Ante este panorama, ¿hay algo que podamos hacer? Cwaik no propone una fórmula mágica, pero sí un enfoque: desarrollar conciencia. Entender que nada es neutral. Que todo contenido responde a una lógica y que estamos constantemente expuestos a mensajes que buscan condicionar nuestro comportamiento.

Sugiere pensar la relación con las redes como una “dieta digital”. Así como cuidamos lo que comemos o cuántas horas dormimos, debemos cuidar qué consumimos en internet. Él mismo optó por borrar algunas apps, como X, para evitar el bombardeo constante de violencia simbólica.

 
📉 Brecha algorítmica: la nueva desigualdad

En el cierre, lanzó una idea poderosa: en el siglo XX, quien no sabía leer y escribir quedaba afuera del sistema. En el siglo XXI, quien no entiende cómo operan los algoritmos queda igual de vulnerable. La nueva brecha no es solo económica, sino cognitiva.

Ser conscientes del poder invisible que moldea nuestras decisiones es el primer paso para recuperar autonomía. No se trata de abandonar la tecnología, sino de habitarla con sentido crítico.

Te puede interesar
Lo más visto