Israel despliega ataque aéreo y terrestre en Deir al‑Balah, el corazón devastado de Gaza

El ejército israelí comenzó una ofensiva por aire y tierra en Deir al‑Balah, una ciudad central que hasta ahora había sido un refugio para miles de desplazados y organizaciones humanitarias. La incursión coincide con órdenes masivas de evacuación, dejando a la población atrapada en espacios cada vez más reducidos y sin servicios esenciales.

Medio Oriente21 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Israel también bombardeo Ciudad de Gaza.

La escalada militar en Gaza volvió a tomar un giro alarmante este lunes con el ingreso de tropas israelíes, acompañadas de bombardeos aéreos intensos, en Deir al‑Balah, en el centro de la Franja. Hasta hoy, gran parte de esta ciudad se había mantenido al margen de los combates más cruentos, sirviendo como corazón de operaciones humanitarias y puesto de apoyo para miles de familias desplazadas.

La operación marca una nueva fase en el conflicto de 21 meses en Gaza. Con la ciudad partida en zonas de combate y la mayoría de sus habitantes ya desplazados, la ofensiva agrava las condiciones de supervivencia: con artyería resonando, caminos cortados y el acceso a ayuda comprometido, los civiles quedan asfixiados en un territorio que parece reducirse día tras día.

1. Contexto de la ofensiva
Media década de guerra continua ha convertido a Gaza en un mosaico fragmentado. Solo en la última semana, más de mil familias fueron forzadas a dejar sus hogares en Deir al‑Balah tras órdenes de evacuación. Hoy, ese porcentaje ha alcanzado casi el 88 % del territorio, con dos millones de civiles hacinados en menos de un 12 % del enclave, según la ONU.

2. Estrategia y ejecución militar
La operación incluye bombardeos aéreos y fuego de artillería coordinados con el avance terrestre dentro y alrededor de la ciudad. Frente a un territorio controlado hasta ahora por organizaciones de ayuda, el ejército israelí justifica la ofensiva apuntando a supuestas bases de grupos armados en la zona.

3. Efectos directos en la población
La presencia militar ha convertido Deir al‑Balah en una zona casi inaccesible para las agencias de asistencia. Además: Más de 1.000 familias desplazadas fueron urgentemente reubicadas en Mawasi, una zona ya saturada.
El colapso de suministros básicos es casi total. Servicios como electricidad, agua potable, atención médica y alimentos son cada vez más escasos. El cruce al mar, vital para el acceso de la ONU, quedó bloqueado, fragmentando aún más la Franja y limitando la ayuda humanitaria.

4. Reacciones y pronósticos
Organismos internacionales denuncian que estas evacuaciones forzosas rozan la expulsión masiva y podrían constituir crímenes de guerra. En simultáneo, el ejército israelí afirma que su objetivo es desmantelar la infraestructura de Hamas, incluida la reciente expansión de territorio bajo su control.

El avance militar no solo altera el terreno físico sino también la geopolítica de Gaza. Reducir el espacio habitable y desplegar tropas en nuevos frentes divide aún más la Franja, complicando cualquier posibilidad de alto el fuego o mediación internacional.

Lo que era una excepción en el mapa de Gaza se transformó en la nueva línea roja del conflicto. Deir al‑Balah, ciudad que hasta hace poco parecía un refugio temporal para los más vulnerables, refleja ahora la evolución brutal del enfrentamiento: un enclave reducido, sitiado y sin salvación a la vista.
La ofensiva terrestre y aérea define la siguiente fase de esta guerra sin fin y pone en claro que cualquier atisbo de calma o tregua sigue siendo esquivo mientras los espacios de paz siguen siendo reducidos y vulnerables.

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