💣 Kicillof vs. Adorni: guerra abierta por la deuda hospitalaria

El gobierno bonaerense salió al cruce del vocero presidencial, quien denunció una deuda millonaria con hospitales nacionales. Kreplak lo desmintió con dureza y acusó a Nación de deberle fondos a la Provincia.

Política25 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Deuda hospitalaria.

Una nueva batalla política se desató entre el gobierno de Javier Milei y la administración de Axel Kicillof. Esta vez, el campo de disputa es el sistema de salud y, más específicamente, una supuesta deuda multimillonaria de la Provincia de Buenos Aires con los hospitales nacionales. La acusación, lanzada por el vocero presidencial Manuel Adorni, generó una inmediata y contundente respuesta del ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.

La controversia estalló en un contexto de creciente tensión electoral y se suma a una larga lista de enfrentamientos entre el oficialismo nacional y el kirchnerismo residual en la provincia más poblada del país. Pero, a diferencia de otras discusiones, esta toca un nervio sensible: la atención sanitaria de miles de ciudadanos.

Adorni acusa, Kreplak responde

Durante una conferencia en la Casa Rosada, Adorni aseguró que la provincia de Buenos Aires mantiene una deuda de más de 409 mil millones de pesos con hospitales de la red nacional, entre ellos el SAMIC El Cruce, Cuenca Alta, Bicentenario, Néstor Kirchner y René Favaloro. “Es inadmisible el nivel de abandono y deudas con instituciones que salvan vidas”, sostuvo el vocero, mientras mostraba una presentación con cifras y nombres.

La respuesta no tardó en llegar. Nicolás Kreplak, titular de la cartera sanitaria bonaerense, calificó de “invento” la denuncia y dijo que los datos expuestos por Adorni no tienen sustento en expedientes formales ni en la contabilidad oficial. Incluso fue más allá: afirmó que es el Estado nacional el que mantiene compromisos impagos con la Provincia.

“Es una operación berreta, de campaña. Presentaron un power point con cifras infladas para instalar una narrativa de desprestigio. La verdad es la contraria: somos nosotros los que sostenemos hospitales nacionales con recursos provinciales”, retrucó Kreplak en redes sociales y entrevistas radiales.

Hospitales SAMIC en el centro del ring

Los hospitales mencionados pertenecen a la Red de Establecimientos de Alta Complejidad en Red (SAMIC), que aunque están bajo control nacional, en muchos casos funcionan con aportes mixtos o directamente con respaldo de los gobiernos locales.

El Hospital El Cruce de Florencio Varela, por ejemplo, es emblema de esa coordinación, pero también de la disputa política entre Nación y Provincia. Desde que asumió Javier Milei, el hospital ha denunciado recortes presupuestarios, falta de insumos y congelamiento de partidas. Ahora, el gobierno nacional intenta revertir esa narrativa acusando a Kicillof de incumplir su parte del financiamiento.

Para Kreplak, se trata de “una campaña de difamación orquestada”, mientras que desde Nación afirman que los números son parte de auditorías internas y estarán disponibles próximamente para su revisión.

Campaña, salud y guerra de relatos

El trasfondo de este cruce tiene una dimensión netamente política. A menos de dos meses de las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre, donde Kicillof busca consolidar a su espacio, el gobierno nacional intensifica sus críticas. Adorni no es solo el vocero: es también el portavoz del malestar libertario con la administración provincial, a la que acusan de mantener una estructura burocrática ineficiente y clientelar.

En paralelo, el Frente Unión por la Patria (reconfigurado en el distrito bajo el nombre Fuerza Patria) intenta posicionarse como un garante de derechos sociales frente a lo que denominan “el ajuste despiadado del gobierno nacional”. En esa narrativa, los hospitales nacionales y provinciales juegan un papel clave: son el símbolo de una política pública que resiste los embates de la motosierra.

El enfrentamiento mediático se intensificó con publicaciones cruzadas en redes sociales, comunicados oficiales y hasta gráficos comparativos difundidos por ambos sectores. Adorni optó por mostrar un contador digital de la deuda provincial; Kreplak respondió con planillas de ejecución presupuestaria.

La salud como terreno de disputa electoral

Lejos de tratarse de una diferencia técnica, el conflicto por la deuda hospitalaria desnuda una disputa más profunda: quién se hace cargo de la salud pública en un país fracturado por la crisis. La acusación de Adorni no es casual ni improvisada. Busca instalar un mensaje claro: los gobiernos provinciales que responden al kirchnerismo no cumplen con sus obligaciones y generan déficits que luego deben ser cubiertos por Nación.

Kicillof, por su parte, contraataca con una lógica inversa: denuncia discriminación en el reparto de recursos, desfinanciamiento deliberado y una estrategia comunicacional orientada a demonizar la gestión bonaerense.

Mientras tanto, en el medio, quedan los profesionales de la salud y los pacientes que ven deteriorarse día a día la infraestructura, los insumos y la capacidad de respuesta de los hospitales.

Un anticipo de la campaña sucia que viene

El cruce entre Adorni y Kreplak es apenas un adelanto del tono que tendrá la campaña de cara a las elecciones provinciales. El gobierno nacional eligió golpear donde duele: la salud. Y lo hizo con una acusación que, aunque desmentida, ya logró instalarse en la conversación pública.

Desde La Plata aseguran que no hay deuda, que los pagos están al día y que, en todo caso, deberían ser ellos los que reclamen por fondos impagos. Pero el daño ya está hecho. La imagen del gobernador queda expuesta a una ofensiva discursiva que busca erosionar su autoridad y sembrar dudas sobre su gestión.

Lo que parecía una diferencia contable se convirtió en un enfrentamiento político de alto voltaje. Y, como tantas veces, la verdad quedó atrapada entre la guerra de relatos.

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