Villarruel se desmarca en medio del escándalo de los audios

La vicepresidenta habló tras la filtración de supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad. Admitió que atraviesa un momento difícil y confuso, pero buscó mostrarse ajena a las maniobras investigadas.

Política23 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Villarruel se desmarca.

La filtración de audios vinculados a supuestos pedidos de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad sacudió de lleno al oficialismo. En ese marco, Victoria Villarruel decidió romper el silencio y dar su propia versión sobre la crisis que amenaza con salpicar al gobierno.

Con un tono medido pero cargado de tensión, la vicepresidenta reconoció que atraviesa uno de los momentos más difíciles de su gestión y que la situación es “confusa”. Sin embargo, dejó en claro que no se siente parte de las maniobras investigadas y que su rol institucional permanece intacto.

El escándalo estalló con la divulgación de grabaciones donde se mencionan negociaciones irregulares por fondos y programas destinados a la discapacidad. La polémica golpeó de lleno en la Agencia Nacional de Discapacidad, organismo clave en la gestión social, y rápidamente escaló a la arena política por las posibles derivaciones hacia el corazón del oficialismo.

En ese escenario, Villarruel buscó marcar distancia. En su primera intervención pública tras la crisis, planteó que no tuvo participación alguna en los hechos denunciados y que su figura se mantiene al margen de las decisiones administrativas de la Agencia. Aun así, reconoció que el episodio impacta de manera indirecta en su imagen y que la conmoción interna es inevitable.

La vicepresidenta eligió un discurso enfocado en transmitir calma y en mostrarse firme frente a la adversidad. Admitió que el momento es complejo y que existe un clima de confusión tanto hacia dentro del gobierno como en la opinión pública. Sin embargo, remarcó que confía en que la Justicia podrá esclarecer los hechos y que las instituciones deben funcionar sin interferencias.

Las palabras de Villarruel también buscaron contener a su espacio político, atravesado por tensiones crecientes. Mientras el oficialismo intenta blindar al presidente y frenar el costo político de la crisis, la número dos de la fórmula de gobierno se esfuerza en reafirmar su lugar como figura central, pero sin cargar con responsabilidades que no le corresponden directamente.

El trasfondo del escándalo genera preocupación en el gobierno por sus posibles derivaciones en el año electoral. Las acusaciones de corrupción, sumadas a la difusión masiva de audios comprometedores, golpean la imagen de transparencia que el oficialismo buscaba consolidar. En ese marco, la voz de Villarruel fue una pieza clave para intentar bajar el tono de la tormenta y transmitir la idea de que la crisis aún es manejable.

Victoria Villarruel eligió no callar en medio del ruido. Reconoció la gravedad del momento, describió el escenario como difícil y confuso, pero al mismo tiempo se desmarcó de las acusaciones que comprometen a la Agencia de Discapacidad. Su mensaje fue claro: la vicepresidencia sigue en pie, su figura no está directamente involucrada y la resolución de la crisis dependerá de lo que la Justicia determine. El futuro inmediato dirá si ese intento de contención alcanza para frenar una tormenta que todavía amenaza con expandirse.

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