Junín: desbarataron un call center de extorsiones que operaba desde la cárcel

Una investigación descubrió que un grupo de reclusos organizaba estafas y amenazas telefónicas desde el penal de Junín. Utilizaban celulares clandestinos y contaban con cómplices afuera.

Policiales24 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Desbarataron un call center de extorsiones que operaba desde la cárcel.

La ciudad bonaerense de Junín quedó en el centro de una investigación que expuso una maniobra delictiva insólita. Desde el interior de una cárcel, un grupo de presos montó un call center clandestino dedicado a la extorsión y las estafas telefónicas. Con celulares ilegales y complicidad externa, lograron contactar a decenas de víctimas a las que exigían dinero bajo amenazas.

El operativo policial permitió desbaratar la organización, secuestrar equipos de comunicación y establecer la conexión entre los internos y sus socios en libertad, quienes eran los encargados de cobrar el dinero de las extorsiones.

La investigación comenzó a partir de denuncias de vecinos que recibieron llamadas intimidatorias. Los delincuentes se hacían pasar por integrantes de bandas armadas y exigían transferencias o pagos en efectivo a cambio de “protección”. En algunos casos, simulaban tener secuestrados a familiares de las víctimas, una modalidad conocida como “secuestro virtual”.

Con el seguimiento de comunicaciones y la colaboración de la fiscalía, los investigadores detectaron que las llamadas provenían del penal de Junín. Allí, un grupo de internos había organizado un verdadero centro de operaciones con teléfonos celulares, chips y listas de potenciales víctimas.

Los allanamientos realizados dentro de la unidad penitenciaria permitieron secuestrar más de veinte celulares, cuadernos con registros de llamadas, cargadores improvisados y tarjetas SIM. Además, se detuvo a personas fuera del penal que eran las encargadas de retirar o recibir el dinero producto de las extorsiones.

La causa fue caratulada como “asociación ilícita y extorsión agravada”, y ya se encuentran imputados tanto los reclusos como los cómplices externos. La investigación busca determinar cómo los internos accedieron a la logística necesaria para montar el call center dentro de la cárcel, y si hubo connivencia del personal penitenciario.

El hallazgo puso en alerta al Servicio Penitenciario Bonaerense, que reforzó controles internos y prometió medidas para evitar que se repitan casos similares. El episodio expone una vez más las dificultades del sistema carcelario para frenar el ingreso de celulares y la organización de delitos desde el interior de las prisiones.

El call center de extorsiones descubierto en la cárcel de Junín refleja la capacidad de adaptación de las bandas criminales, que incluso tras las rejas logran montar estructuras delictivas sofisticadas. El operativo policial permitió desbaratar la maniobra y devolver tranquilidad a las víctimas, pero también dejó al desnudo las falencias del sistema penitenciario en el control de la actividad ilegal.

 

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