Áspero clima interno en el Gobierno tras la derrota bonaerense: los Menem en la mira y reclamo urgente de cambios

La derrota de La Libertad Avanza en Buenos Aires desató un temblor político dentro del oficialismo. Crece el malestar contra el ala Menem y se multiplican las presiones por cambios inmediatos en el gabinete y en la estrategia electoral.

Política08 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Áspero clima interno en el Gobierno tras la derrota bonaerense.

La contundente derrota en la provincia encendió las alarmas en la Casa Rosada y profundizó las tensiones internas. Javier Milei convocó a su mesa chica en medio de un clima áspero, mientras distintas facciones se acusan mutuamente de haber conducido a un fracaso que deja secuelas en la gobernabilidad y en la proyección hacia el Congreso.

El foco se centró en el sector encabezado por Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem, cuestionados por su peso en el armado político y por el vínculo con escándalos recientes que erosionaron la imagen presidencial. Dentro del propio oficialismo comenzaron a circular pedidos para que den un paso al costado, aunque el entorno de Karina Milei resiste la idea y advierte que apartarlos significaría amputar piezas clave del esquema de poder libertario.

La derrota bonaerense no solo debilitó al Presidente, sino que consolidó a Axel Kicillof y a los intendentes del peronismo, que capitalizaron la campaña territorial. El contraste dejó expuesto el déficit organizativo de La Libertad Avanza, con candidatos de bajo perfil, un discurso desconectado de las preocupaciones cotidianas y una narrativa que no logró contener el malestar social frente al ajuste económico.

El escándalo por los audios de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, sumó un capítulo explosivo. En las grabaciones se mencionaban retornos de contratos y la posible implicación de dirigentes cercanos a la mesa presidencial. Aunque el gobierno intentó desactivar el tema calificándolo como una operación política, las sospechas internas sobre el origen de las filtraciones profundizaron las divisiones entre el ala de Karina Milei y los seguidores de Santiago Caputo.

En paralelo, el oficialismo enfrenta un Congreso cada vez más adverso, con una sucesión de derrotas legislativas que debilitan la autoridad presidencial. La falta de coordinación política y las disputas internas alimentan un escenario de incertidumbre sobre la viabilidad de la agenda de reformas.

El Presidente analiza adelantar cambios previstos originalmente para diciembre, presionado por la necesidad de mostrar capacidad de reacción. Entre los libertarios, muchos advierten que si no hay un golpe de timón inmediato, el capital político se puede diluir antes de llegar a las elecciones legislativas. El reloj corre y el dilema es claro: recomponer la conducción o enfrentar una crisis mayor.

 

 

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