Duró menos que un suspiro: el nuevo director de Seguridad Vial renunció por redes sociales a las pocas horas de ser designado

Designado a la mañana, renunció a la tarde vía redes sociales. Otro capítulo de las fugacidades de un gobierno que ya acumula bajas récord sin siquiera haber completado un año de gestión.

Política11 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Renuncia Express.

El flamante director de Seguridad Vial fue oficializado en el Boletín Oficial al inicio del día, pero antes de que termine la jornada ya había subido su renuncia en redes sociales. No llegó a inaugurar la oficina, ni a probar el mate de la cocina, ni a revisar un expediente. La gestión más corta del año: un visto y chau.

La escena se repite con una velocidad que asusta: en apenas meses, el gobierno de Javier Milei acumula salidas exprés que parecen competir entre sí. El caso más resonante fue el de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, que pasó de ser uno de los hombres de confianza a quedar eyectado por los audios del escándalo en cuestión de horas. Antes había sido el turno de Martín Krause, que duró menos de un suspiro como secretario de Educación por viejos posteos misóginos que resurgieron de inmediato.

En la misma lista está Guillermo Ferraro, exministro de Infraestructura, que terminó afuera por filtraciones internas tras apenas semanas en el cargo. También hubo bajas en segundas y terceras líneas que se conocieron casi en simultáneo con sus designaciones, como si la política se hubiera convertido en un casting de reality donde la eliminación se decide en vivo.

La Dirección de Seguridad Vial, que debía ocuparse de campañas de prevención y coordinación con provincias, queda ahora acéfala. Y lo único que circula son memes: “Duró menos que un semáforo en verde en Avenida Corrientes”, bromeaban en redes, mientras otros pedían que se cree un Guinness local para registrar la velocidad con la que se evaporan los funcionarios del oficialismo.

Más allá del humor, el desfile de renuncias muestra un problema de fondo: la fragilidad de un gabinete que cambia piezas como si fueran fichas de dominó, muchas veces por peleas internas, otras por errores no forzados, y en este caso por un simple “no gracias” posteado en X. El resultado es un gobierno que suma bajas a un ritmo frenético, dejando la sensación de que ningún cargo tiene garantía de permanencia.

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