“No creo que este Gobierno llegue al 26 de octubre”: senadora kirchnerista anticipa fisuras tras la derrota en Buenos Aires

Sandra Mendoza, senadora por Tucumán, afirmó que la caída electoral de La Libertad Avanza en la provincia bonaerense refleja un quiebre de respaldo social y político al gobierno. Criticó las vetustas alianzas, la desaprobación popular y lanzó una frase polémica sobre la continuidad del mandato presidencial hasta las legislativas nacionales del 26 de octubre.

Política13 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Senadora kirchnerista.

En medio de un ambiente político caldeado por los resultados de las elecciones legislativas provinciales, la senadora peronista Sandra Mendoza emitió declaraciones que encendieron la discusión acerca de la sostenibilidad del Gobierno de Javier Milei. Tras la derrota de La Libertad Avanza en Buenos Aires, Mendoza sostuvo que diversos sectores del oficialismo —desde gobernadores hasta los medios— han empezado a distanciarse, y advirtió con preocupación acerca del estado de ánimo de la ciudadanía.

Su frase más resonante —“No creo que este Gobierno llegue al 26 de octubre”— fue pronunciada en una entrevista radial, donde cuestionó la conducción nacional, el trato que el Ejecutivo dispensa hacia las provincias, y la percepción de los ciudadanos respecto de promesas incumplidas y políticas impopulares.

Mendoza inició su análisis señalando que los resultados del 7 de septiembre en Buenos Aires causaron sorpresa incluso entre los encuestadores más optimistas del oficialismo, quienes no esperaban una derrota tan contundente. Para ella, ese retroceso electoral no es aislado ni casual, sino el reflejo de un cansancio social acumulado: inflación alta, medidas económicas percibidas como rigurosas, promesas de campaña que no se concretan, y decisiones del Poder Ejecutivo que generan distanciamiento con sectores clave.

En la misma entrevista, Mendoza criticó que el presidente recurriría al veto de leyes que “benefician a la gente, a las provincias”. Aludió a lo que interpreta como una estrategia de neutralizar iniciativas provinciales mediante decretos o vetos presidenciales, en lugar de incorporar propuestas consensuadas.

La frase sobre no llegar al 26 de octubre no solo hace referencia a la fecha de las elecciones nacionales, sino que implica que el gobierno podría no sobrevivir políticamente hasta entonces si no logra recomponer puentes con gobernadores, con la dirigencia política opositora, y con la sociedad civil. Mendoza afirmó que “ya le han soltado la mano todos: la política, los gobernadores, el periodismo, la gente”.

El impacto de estas declaraciones se inserta en una trama mayor: el análisis político más reciente advierte que tras la derrota bonaerense, el oficialismo enfrenta no solo una crisis de imagen sino también una necesidad urgente de reformular su estrategia. En parte, se dice que el gobierno busca mostrar firmeza, priorizando acciones de control como vetos y fiscalización, en lugar de una apertura hacia quienes se sienten excluidos.

El gobierno nacional, en este escenario, está en una encrucijada. La advertencia de Sandra Mendoza puede leerse tanto como una apuesta discursiva para activar nerviosismo político como una señal de alarma dentro del peronismo: si la gestión de Milei no corrige el rumbo, la gobernabilidad podría verse seriamente afectada antes de las próximas elecciones nacionales.

El desafío será doble: recuperar legitimidad ante una ciudadanía descontenta y reconstruir alianzas políticas que hoy parecen resquebrajarse. Y aunque octubre aparece como un hito inevitable, la senadora deja planteada la pregunta que ronda en pasillos políticos: ¿llegará el Gobierno fortalecido o erosionado?



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