Milei redobla su ofensiva contra los periodistas y crece la tensión con la prensa

El presidente intensificó sus ataques a los medios de comunicación, generando preocupación en sectores democráticos por el avance de un discurso hostil hacia la prensa.

Política29 de abril de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Javier Milei

Un estilo confrontativo que se profundiza

La relación entre Javier Milei y el periodismo atraviesa su momento más crítico desde el inicio de su mandato. En los últimos días, el presidente volvió a arremeter públicamente contra periodistas y medios de comunicación, acusándolos de mentir, manipular y actuar con impunidad.

Utilizando su cuenta en la red social X, el mandatario expresó que "la gente no odia lo suficiente a los periodistas", una frase que encendió la polémica y fue interpretada como un intento de deslegitimar el rol de la prensa en una república democrática.

Lejos de moderar su discurso, Milei ha sostenido una narrativa en la que califica a los trabajadores de prensa como “ensobrados”, “pauteros”, “sicarios con credencial” y “mandriles inmundos”. Sus publicaciones recientes reafirman una postura agresiva que ya había sido criticada por diversos sectores políticos y sociales.

Durante una entrevista extensa con un periodista afín, el presidente se mostró orgulloso de su estilo combativo. Dijo que responde directamente desde sus redes sociales porque no confía en la prensa tradicional, a la que acusa de manipular la información.

Clima de hostilidad y preocupación institucional

El aumento de los ataques desde la cúpula del poder generó un clima de creciente hostilidad hacia los medios. Las redes sociales se han convertido en escenarios de acoso coordinado, donde periodistas reciben insultos, amenazas e incluso agresiones físicas en actos públicos.

La ofensiva discursiva del presidente no se limita a palabras. También se refleja en la reducción de la pauta oficial, el aislamiento de medios críticos y la promoción de voceros informales como influencers y streamers, a quienes se les da prioridad en conferencias o actos oficiales.

Los analistas advierten que este modelo de comunicación directa, sin intermediación periodística, rompe con las reglas tradicionales del sistema democrático. En lugar de fortalecer la transparencia, construye un relato hegemónico donde solo se escucha una voz: la del presidente.

En paralelo, crecen las señales de alerta sobre la libertad de prensa. La estigmatización pública de periodistas por parte del Poder Ejecutivo debilita las garantías constitucionales y desalienta el ejercicio libre de la profesión.

El impacto en la democracia y en la opinión pública

En una democracia sana, la prensa actúa como contrapeso del poder y canal de expresión de la ciudadanía. Atacar sistemáticamente a los medios no solo erosiona esa función, sino que polariza aún más el debate público y reduce los espacios de diálogo y disenso.

La opinión pública, en tanto, comienza a dividirse entre quienes celebran el estilo directo del presidente y quienes advierten que se trata de un intento por silenciar voces críticas. Este fenómeno, que ya ha sido observado en otros países con líderes populistas, suele derivar en un empobrecimiento del sistema institucional.

El periodismo argentino enfrenta hoy una encrucijada: seguir cumpliendo su rol frente a un poder que lo ataca, o ceder ante una presión que busca instalar una narrativa única. La respuesta será clave para el futuro de la libertad de expresión en el país.

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