Un grupo de simpatizantes de La Cámpora atacó violentamente la entrada de los estudios de Artear, sede de TN y El Trece, horas después de que la Corte Suprema confirmara la condena de Cristina Kirchner. Rompieron vidrios, autos, trofeos y causaron diversos desbordes, mientras desde Adepa se exigía proteger a los medios.
Política11 de junio de 2025
Alejandro Cabrera
El lunes por la noche, luego de la confirmación judicial a Cristina Kirchner, un grupo compuesto principalmente por militantes con banderas de La Cámpora forzó la entrada principal de los canales ubicados en Constitución. Con piedras y botellas, destruyeron ventanas, rejas, bicicletas y trofeos ubicados en el hall.
Según los testimonios, la irrupción fue rápida y coordinada. En las imágenes se observa cómo al menos 70 personas ingresan al predio, algunas con capuchas, y causan destrozos. Se robaron celulares, lanzaron piedras, rompieron autos de empleados y rompieron marcos y trofeos.
👉 Violencia que traspasa lo simbólico
El ataque no se limitó a un grito político: dañó infraestructura, bienes personales y el patrimonio simbólico de los canales. Tanto TN como El Trece, lejos de ser simples marcas, representan medios cuya función se tensiona entre narrativas judiciales y dinámicas de poder.
El hecho provocó conmoción y repudio inmediato: desde Adetpa se exigió una "urgente investigación", se recordó la necesidad de garantizar la seguridad de los trabajadores y se pidió sanción para los responsables directos del ataque.
🌐 En medio de la polarización institucional
El ataque ocurre en un momento extremo de la polarización política argentina. Tras la confirmación judicial, el kirchnerismo salió a protestar en varias ciudades, mientras críticos señalaban que este tipo de episodios refuerzan la narrativa de "lawfare" y persecución política.
El vínculo cercano entre la militancia que atacó los estudios y las movilizaciones frente al departamento de Cristina Kirchner sugiere una operación sincronizada, con intención de generar impacto, tensión mediática, intimidación y deslegitimación de las voces disidentes, incluidas las del propio gobierno.
🛑 Un ataque con mensaje: los límites de la protesta
La entrada por la fuerza a medios de comunicación marca un punto crítico. No se trata de una protesta de calle ni de un cacerolazo: es un ataque directo a instituciones de la democracia. Romper propiedad pública o privada con respaldo político es señal de un clima donde la violencia política se normaliza.
Quienes justifican estas acciones mencionan que "le responden al poder mediático" que habría encubierto una persecución judicial. Pero el daño a la libertad de expresión, al derecho a informar y a la dignidad del periodismo introducen una grieta grave en el sistema.
🧭 ¿Qué seguimiento corresponde?
Las respuestas judiciales: tanto TN como El Trece ya iniciaron acciones legales. Se espera criminalización y sanciones, en un momento en que se debate el marco de acción de la militancia.
La seguridad de medios: desde Adepa y desde el propio gobierno, se revisa si corresponde reforzar protocolos para periodistas y edificios.
La escalada del conflicto político: este ataque se suma a una larga serie de resistencias, cacerolazos y movilizaciones que marcan un quiebre en la estabilidad institucional.
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