Demanda frágil y consumo concentrado frenan a las pymes: ventas minoristas caen en junio

Las pequeñas y medianas empresas registraron una caída en las ventas durante junio. El consumo se concentra en productos básicos y deja afuera a los rubros más afectados por la recesión.

Economía07 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Ventas minoristas en picada.

Junio marcó un nuevo retroceso en las ventas minoristas de las pymes. La caída no solo se percibe frente al mismo mes del año anterior, sino también en comparación con mayo. Con un consumidor cada vez más selectivo, la demanda se volvió frágil y el escenario se inclina hacia una economía del ahorro forzoso.

La retracción impacta de lleno en los comercios de cercanía, que ven achicarse los tickets, la frecuencia de compra y las expectativas. Los productos esenciales resisten, pero el resto de los rubros entra en zona crítica.

Lo esencial sostiene lo poco que queda
Los comercios pequeños vieron reducirse su caudal de ventas por tercer mes consecutivo. El consumo se canaliza casi exclusivamente hacia alimentos, artículos de limpieza y farmacia. El resto de los sectores sufre: ropa, calzado, electrodomésticos, muebles y bazar muestran desplomes de hasta dos dígitos.

A esta dinámica se suma una clientela cautelosa, que prioriza precio por sobre marca, y que posterga cualquier compra no urgente. Las ofertas y cuotas ya no son suficiente gancho.

Comercios que subsisten, no que crecen
La situación de las pymes se vuelve cada vez más tensa. Muchas apelan a descuentos agresivos o promociones cruzadas para sostenerse, pero los márgenes se erosionan. Los comerciantes admiten estar vendiendo por debajo del punto de equilibrio y hay un clima de resignación.

El ajuste no es solo de los clientes. Muchos dueños de negocios redujeron personal, acotaron horarios o achicaron la variedad de productos para subsistir. La sensación de “sobrevivencia diaria” predomina.

El pronóstico que nadie quiere escuchar
Los indicadores de los últimos meses confirman una tendencia negativa persistente. Aunque hay esperanzas en una posible estabilización en la segunda mitad del año, los actores del sector no visualizan un rebote real sin medidas concretas que estimulen el consumo y faciliten el financiamiento.

El problema no es solo estacional o coyuntural: la recesión ya es estructural. Sin herramientas para dinamizar la economía interna, las pymes quedarán atadas a un mercado chico y de baja rotación. “La calle está vacía. No es solo una sensación: se vende poco y cuesta mucho”.

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