Laurel en casa: el aliado natural para mantener insectos y roedores lejos

El laurel, esa hoja aromática tan común en tu cocina, puede convertirse en un escudo natural contra plagas. Su potente fragancia repele cucarachas, polillas, hormigas, mosquitos y roedores, sin necesidad de químicos.

Curiosidades22 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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La fragancia del laurel ahuyenta cucarachas, polillas, mosquitos, hormigas y roedores sin químicos.

Lo habitual es encontrar hojas de laurel en nuestras recetas, pero pocas veces se lo reconoce como un guardián discreto del hogar. En los últimos tiempos, su aroma intenso —producto de compuestos como cineol, eugenol y metileugenol— lo posiciona como una barrera natural contra plagas. Poner hojas de laurel en alacenas, armarios o despensas no solo aromatiza, sino que crea un entorno inhóspito para cucarachas, polillas, moscas, hormigas y hasta ratones.

Lo más interesante es que no se trata de una moda: el uso del laurel como repelente tiene base científica y práctica. Su efecto es continuo mientras se mantenga fresco el aroma. Así, lo que en otros tiempos era una hoja de adorno culinario hoy se readueña del hogar, sin riesgos para niños ni mascotas, y sin recurrir a productos tóxicos.

La eficacia del laurel radica en sus aceites esenciales, que afectan directamente los sentidos de los insectos y roedores. Así, al colocar hojas —ya sean frescas o secas— en zonas estratégicas como alacenas, cajones, zapateros o debajo del fregadero, se inhibe su instalación. Es una técnica sencilla: solo se necesita renovar las hojas cada dos semanas para mantener su poder.

Además, el laurel ofrece ventajas prácticas: es económico, está disponible en supermercados y su uso es simple. No requiere instalaciones ni equipos especiales. A diferencia de trampas o químicos que pueden ser peligrosos, su uso es especialmente apto en hogares con niños, embarazadas o mascotas.

Pero el laurel no actúa solo. Se complementa a la perfección con otras hierbas aromáticas. Por ejemplo, la menta contiene mentol, que repele mosquitos y hormigas; la lavanda es defensora natural contra polillas y moscas; y la salvia fortalece la barrera antirroedores. Estas plantas, en conjunto, generan un microclima doméstico que, sin esfuerzo, mantiene los espacios frescos y limpios.

El alivio que aporta también tiene impacto emocional y económico: elimina el temor a invasiones de plagas y reduce el gasto en mantenciones o fumigaciones. Es una propuesta sustentable en linea con una tendencia más amplia: volver a lo natural para conservar el hogar.

Incorporar hojas de laurel en casa no es solo una estrategia aromática, es también un ejemplo de cómo se puede armonizar lo práctico con lo saludable. En un solo gesto —renovar las hojas cada poco—, se logra proteger la cocina, las ropas y la salud familiar. Y si se roza con otras plantas aromáticas, el efecto crece, en forma, fragancia y eficacia. Un pequeño cambio, con grandes resultados.

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