PBA y Corrientes: las piezas clave que inquietan al Gobierno rumbo a octubre

Con el calendario electoral en cuenta regresiva, la provincia de Buenos Aires y Corrientes aparecen como dos focos de incertidumbre que podrían inclinar la balanza en las elecciones nacionales.

Política12 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Piezas claves.

La campaña de octubre se acerca y en la Casa Rosada ya identificaron dos escenarios que concentran tensión y expectativa: la provincia de Buenos Aires, por su peso decisivo en el padrón, y Corrientes, por su potencial para reconfigurar alianzas y alterar el mapa legislativo. Ambos casos presentan particularidades que obligan al oficialismo a calibrar su estrategia.

En Buenos Aires, el Gobierno enfrenta un panorama electoral fragmentado. Aunque la estructura de La Libertad Avanza y el PRO busca mantener cohesión, la oposición intenta aprovechar divisiones internas para sumar votos en el conurbano y en las grandes ciudades del interior provincial. La definición de las candidaturas, todavía en disputa, condiciona la organización territorial y el despliegue de recursos en las semanas previas al inicio formal de la campaña.

Corrientes, en cambio, representa un desafío diferente. Allí, el peso de los liderazgos locales y la influencia de las alianzas provinciales podrían generar un voto menos alineado con las tendencias nacionales. El oficialismo ve con preocupación la posibilidad de que la oposición capture bancas clave, lo que complicaría la correlación de fuerzas en el Congreso.

La combinación de estos dos frentes obliga al equipo de campaña a diseñar mensajes diferenciados: en Buenos Aires, con un discurso más enfocado en la gestión y las promesas de continuidad; en Corrientes, con un énfasis en la presencia territorial y los compromisos de inversión en infraestructura y seguridad.

A esto se suma el factor tiempo. La ventana para instalar candidatos y propuestas es cada vez más corta, y la competencia mediática con otros temas de coyuntura limita el impacto de los mensajes. En el oficialismo reconocen que un resultado adverso en cualquiera de estos distritos podría tener un efecto arrastre en otras provincias y modificar el equilibrio de poder tras octubre.

La provincia de Buenos Aires y Corrientes no son solo dos casilleros en el calendario electoral: son puntos neurálgicos donde se juegan votos, poder y proyección política a nivel nacional.

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