Repudio en Santa Cruz: policías sancionados tras golpiza a joven que evadió un control

Lo que parecía una escena cotidiana de control de tránsito en Río Gallegos derivó en una brutal agresión y un escándalo público. Un joven que había evadido un operativo vehicular fue seguido por policías hasta su domicilio. Allí, las imágenes tomadas por una cámara registraron cómo cuatro agentes lo golpearon con violencia: recibió puñetazos en las costillas y la espalda, aunque ya se había rendido. El video se viralizó en redes y desencadenó una reacción inusitada desde la misma Jefatura de Policía provincial.

Las imágenes mostraron al joven, visiblemente angustiado, detenido frente a su casa con un chaleco naranja; pese a su aparente disposición a entregarse, los policías no dudaron en avanzar con violencia. El relato gráfico se instala en una escalera que conecta la calle con la entrada de la vivienda, donde al menos dos de los agentes aplicaron golpes directos, mientras los otros dos lo reducían. La fuerza, al advertir la difusión del video en redes, respondió con un comunicado oficial donde repudió el accionar y reforzó su compromiso con “el uso racional, proporcional y legal de la fuerza”, comprometiéndose a que no se tolerarán desviaciones éticas.

Al mismo tiempo, se anunció la apertura inmediata de sumarios administrativos a cargo de la Dirección General de Asuntos Internos, con el objetivo de identificar a los efectivos involucrados y determinar sus responsabilidades. No se descartaron sanciones disciplinarias, ni posibles derivaciones judiciales. La familia del joven ya presentó una denuncia formal por malos tratos, lo que agrega otra instancia de investigación en paralelo.

El entorno social reaccionó con indignación, aludiendo a un caso dramático que evidencia problemas estructurales en el control policial. Y aunque el video no mostraba un enfrentamiento sino una situación de sometimiento, la violencia retratada rompió con cualquier contexto de necesaria defensa. No hubo detalles oficiales sobre lesiones graves, aunque sí se confirmó que el joven recibió atención médica.

Este episodio no es aislado: ya hubo casos similares en otros puntos del país, en lo que algunas organizaciones califican como una peligrosa tendencia dentro de efectivos encargados de aplicar la ley. Pese a ello, la fuerza provincial expresó que actúa con “transparencia” y pidió a la comunidad que no pierda la confianza en las instituciones.

La repercusión de este caso va más allá de una golpiza: revela una tensión entre el poder estatal y la ciudadanía, donde el abuso de fuerza erosiona el vínculo esencial para la legitimidad institucional. Mientras los sumarios avanzan, la exigencia colectiva es clara: que no queden solo en palabras, y que derive en una respuesta real que marque un freno al autoritarismo en uniforme.