Israel reduce los bombardeos en Gaza mientras se prepara para la liberación de los rehenes

El Gobierno israelí dio la orden de limitar los ataques aéreos en vísperas de un posible acuerdo para liberar a los rehenes en poder de Hamás. La medida coincide con la mediación de Egipto, la presión de Washington y la participación directa de Donald Trump en las negociaciones.

Medio Oriente04 de octubre de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Israel Gaza

El conflicto en Oriente Medio parece entrar en una fase crítica. Luego de semanas de ataques constantes sobre la Franja de Gaza, el Gobierno de Israel ordenó a sus fuerzas armadas reducir la intensidad de los bombardeos como parte de una estrategia para allanar el terreno hacia la liberación de los rehenes capturados por Hamás. La decisión, según confirmaron fuentes oficiales, responde a una combinación de factores militares, diplomáticos y humanitarios que han llevado al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu a modificar su postura.

La medida se interpreta como un gesto previo a la concreción de un acuerdo que podría incluir la entrega de la totalidad de los rehenes israelíes y extranjeros a cambio de una pausa humanitaria supervisada por Egipto y Catar. En este contexto, la figura del expresidente estadounidense Donald Trump volvió a ganar protagonismo al asumir un rol activo en la mediación indirecta entre ambas partes.

 

ChatGPT Image 3 oct 2025, 11_17_11 p.m.Hamás acepta liberar a todos los rehenes pero exige negociar el plan de paz de Trump para Gaza


Un cambio de estrategia militar

El Ejército israelí recibió órdenes de “reducir significativamente” los ataques aéreos sobre objetivos en el norte y el centro de la Franja de Gaza. En las últimas horas, los bombardeos se concentraron únicamente en posiciones consideradas de “riesgo inminente”, en lo que constituye el nivel más bajo de ofensivas desde el inicio de la escalada.

Fuentes cercanas al comando militar confirmaron que la orden responde a una decisión directa del gabinete de seguridad. La reducción busca evitar víctimas civiles durante las fases finales del proceso de negociación y, al mismo tiempo, mostrar buena voluntad ante la comunidad internacional, que en las últimas semanas había incrementado la presión sobre Tel Aviv.

La directiva coincide con el aumento de contactos diplomáticos con Egipto, que desde El Cairo coordina los detalles logísticos para el eventual traslado de los rehenes liberados y la entrada simultánea de ayuda humanitaria a la Franja.

 
La negociación por los rehenes

Según trascendió, el acuerdo contempla la liberación de la totalidad de los rehenes capturados durante la ofensiva de octubre, incluidos ciudadanos israelíes, estadounidenses y europeos. A cambio, Israel aceptaría una tregua temporal supervisada por mediadores internacionales.

El propio Netanyahu reconoció que la prioridad del Gobierno “es traer a los rehenes de regreso a casa”, aunque evitó brindar detalles sobre el alcance de las conversaciones. La Casa Blanca, por su parte, confirmó que mantiene un contacto “constante y constructivo” con todas las partes involucradas.

Egipto y Catar desempeñan un papel clave: el primero como garante territorial y el segundo como canal de comunicación con los líderes de Hamás en Doha. Las conversaciones se desarrollan en un clima de extrema reserva, pero distintas fuentes coinciden en que el anuncio oficial podría producirse en las próximas horas si se concretan las condiciones de seguridad necesarias.

 
El rol de Donald Trump

Uno de los elementos más sorprendentes del proceso es la participación de Donald Trump. El exmandatario estadounidense, que mantiene una estrecha relación con el Gobierno israelí, ofreció públicamente su intermediación para destrabar el acuerdo. En declaraciones recientes, afirmó que “la paz y la liberación de los rehenes deben ser prioridad absoluta para el mundo libre”.

Fuentes diplomáticas sostienen que Trump ha mantenido contactos informales con representantes de Egipto y Catar, en coordinación con asesores del Gobierno de Washington, aunque sin ocupar un rol oficial. Su intervención, sin embargo, le ha permitido recuperar visibilidad internacional y reposicionarse en la escena política de Medio Oriente, donde su figura sigue siendo influyente.

 
Presión interna y reclamos humanitarios

La decisión de reducir los bombardeos también responde a la presión interna. Las familias de los rehenes, que desde hace meses reclaman una solución, intensificaron sus protestas en las calles de Tel Aviv y Jerusalén. Exigen al Gobierno una negociación inmediata y rechazan cualquier operación militar que ponga en riesgo la vida de los cautivos.

En paralelo, organismos humanitarios denunciaron el colapso de los hospitales en Gaza y la falta de acceso a alimentos y agua potable para miles de desplazados. El gesto israelí busca responder parcialmente a esas críticas y mejorar su imagen internacional, severamente afectada por el número de víctimas civiles.

 
Expectativas y desafíos

Aunque la reducción de los ataques representa un paso importante, las negociaciones enfrentan obstáculos. El principal punto de conflicto es la garantía de seguridad para los convoyes humanitarios y la confirmación del listado final de prisioneros que Hamás exige liberar a cambio de los rehenes.

A esto se suma la tensión política dentro del propio gabinete israelí, donde sectores ultranacionalistas rechazan cualquier concesión al movimiento islamista. Sin embargo, el creciente aislamiento diplomático de Tel Aviv y la necesidad de aliviar la presión internacional obligaron a Netanyahu a optar por una estrategia más pragmática.

 
Una tregua frágil

El clima en la región sigue siendo volátil. Las milicias palestinas mantienen posiciones en el sur de Gaza, mientras el Ejército israelí conserva su presencia en las zonas fronterizas. Pese a la reducción de ataques, las fuerzas terrestres permanecen en alerta ante cualquier provocación.

Los analistas coinciden en que, incluso si se concreta la liberación de los rehenes, el conflicto está lejos de resolverse. Sin un acuerdo político más amplio, la tregua podría ser apenas una pausa temporal en una guerra que ha dejado miles de muertos y desplazados.

Egipto prepara la logística para recibir a los primeros rehenes en el paso de Rafah, donde se instalará un corredor humanitario supervisado por la ONU. La expectativa es que, una vez confirmada la lista final, la operación se desarrolle en etapas, combinando liberaciones parciales con períodos de cese del fuego.

Mientras tanto, Israel mantiene a sus tropas desplegadas y refuerza la seguridad en las zonas limítrofes. Netanyahu busca equilibrar las presiones externas con las internas, consciente de que cualquier paso en falso podría erosionar aún más su posición política.

En ese contexto, la reducción de los bombardeos aparece como una señal de distensión, pero también como una admisión de que el camino militar ha llegado a un punto de saturación. El desenlace dependerá ahora de la voluntad de ambas partes para convertir esta tregua incipiente en el inicio de un proceso de paz más amplio.

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