El país llega a la segunda vuelta más polarizada desde el retorno a la democracia: la candidata comunista Jeannette Jara busca convertirse en la primera presidenta de izquierda radical en llegar a La Moneda, mientras que José Antonio Kast intenta liderar el giro conservador más contundente de los últimos años. El balotaje del 14 de diciembre será un parteaguas para Chile y para toda la región.
Mundo11 de diciembre de 2025
Alejandra Larrea
Chile se prepara para una elección histórica. El balotaje del 14 de diciembre enfrenta dos modelos de país antagónicos: Jeannette Jara, ministra de Trabajo de Gabriel Boric y dirigente del Partido Comunista, representando a la coalición Unidad por Chile, contra José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, referente de la derecha dura y abanderado de un proyecto de orden, seguridad y liberalización económica.
Nunca antes en la historia reciente se había votado con una polarización tan profunda, con un clima político tenso y con un electorado dividido casi en mitades ideológicas. Las encuestas muestran un escenario cerrado, con voto obligatorio y un alto porcentaje de indecisos que se definirán por rechazo, miedo, esperanza o cansancio.
Lo que pase en Chile no solo definirá un rumbo interno: tendrá repercusión en toda América Latina, donde los modelos de izquierda radical y de derecha dura vuelven a competir sin matices.
Quién es Jeannette Jara: trayectoria, poder interno y la apuesta del Partido Comunista
Jeannette Jara se convirtió en una figura central dentro del oficialismo durante el gobierno de Boric. Como ministra de Trabajo impulsó una agenda ambiciosa que incluyó la reforma previsional, la reducción de la jornada laboral a 40 horas y la ampliación de derechos laborales.
A nivel interno, su candidatura representa el avance decisivo del Partido Comunista dentro de la coalición gobernante. Tras años de tensiones con sectores del Frente Amplio y del Socialismo Democrático, Jara logró unificar al oficialismo bajo un discurso de protección social, presencia del Estado, reforma tributaria y continuidad del proyecto progresista iniciado en 2022.
Su candidatura expresa:
*la continuidad del proyecto Boric, aunque con mayor énfasis estatal;
*el peso creciente del PC como fuerza ordenadora de la coalición;
*el apoyo de sindicatos, movimientos sociales y organizaciones feministas;
*la ambición de consolidar una izquierda más radical en el poder.
Su principal desafío es conquistar a los votantes desencantados del centro, especialmente aquellos que apoyaron a candidatos moderados en la primera vuelta.
Quién es José Antonio Kast: líder del giro conservador y referente regional de la derecha dura
José Antonio Kast llega al balotaje con la fuerza del Partido Republicano, consolidado como la estructura de derecha más disciplinada y organizada del país. Su mensaje se centra en:
*seguridad, orden público y lucha contra el crimen organizado,
*reducción del tamaño del Estado,
*reformas económicas pro-mercado,
*líneas duras en inmigración y control fronterizo,
*un discurso moral conservador, cercano a sectores evangélicos y católicos tradicionales.
Kast canaliza el descontento de amplios sectores medios con la delincuencia, la inflación y el desgaste del gobierno de Boric. También representa la continuidad lógica del clima político que dejó el proceso constitucional fallido, donde la derecha dominó la redacción final.
Su campaña busca mostrarse como la opción de estabilidad frente al que considera un “modelo estatista” de Jara. Su desafío es no espantar al electorado moderado que teme un giro demasiado drástico hacia la derecha.
Cómo llegó Chile a este balotaje: cuatro años de tensión política
El escenario que desemboca en esta segunda vuelta es el resultado de una década de transformaciones aceleradas:
1. El estallido social de 2019, que sacudió las bases del sistema político.
2. La redacción fallida de dos constituciones, una rechazada por “excesiva” y otra por “insuficiente”, dejando al país sin consenso fundacional.
3. El ascenso de Boric, que prometió reformas profundas pero debió gobernar con un Congreso dividido y crecientes presiones internas.
4. La irrupción del Partido Republicano, que capitalizó el cansancio social, ganó la elección constitucional y se posicionó como fuerza dominante de la derecha.
5. El desgaste de los partidos tradicionales, desde la antigua Concertación hasta la derecha moderada.
En ese marco, un balotaje entre una candidata comunista y un candidato de derecha dura deja en evidencia la descomposición del centro político chileno, históricamente un espacio clave para la gobernabilidad.
Las internas de cada coalición: el poder real detrás de Jara y Kast
En Unidad por Chile (gobierno y aliados)
El Partido Comunista ganó poder interno y condiciona la agenda.
El Frente Amplio, debilitado, apuesta a Jara para mantener influencia en La Moneda.
El socialismo moderado apoya, pero teme perder centro político.
Movimientos sociales presionan para una agenda de reformas más acelerada.
Jara debe evitar que la marca “comunista” espante al electorado de clase media.
En la derecha y el bloque opositor
Kast ordena al Partido Republicano con disciplina interna.
La derecha tradicional (UDI, RN, Evópoli) lo apoya, pero no sin recelos.
Los sectores económicos ven en Kast un garante de estabilidad, aunque con dudas sobre su agenda moral.
Parte del empresariado teme la conflictividad social que podría despertar un giro demasiado brusco.
Kast debe evitar quedar encasillado como “extrema derecha”, una etiqueta que sus rivales usan para polarizar mejores.
Lo que está en juego para Chile
Si gana Jara
*Avanza un proyecto de Estado fuerte, regulación, derechos sociales y reformas laborales.
*El Partido Comunista entra en su momento histórico de mayor poder institucional.
*Boric buscará reposicionarse como figura internacional, apoyando el proceso de transición.
*Puede haber ruido económico por expectativas de mayor intervención estatal.
Si gana Kast
*Chile adoptará un giro conservador en seguridad, inmigración y orden público.
*El Estado se reducirá y avanzarán reformas liberales en economía.
*Habrá tensiones con el movimiento estudiantil, sindical y feminista.
*La región vería consolidado un nuevo polo de derecha dura.
Ambos escenarios suponen transformaciones profundas sobre el rol del Estado, la economía y el tejido social.
¿Qué dicen las últimas tendencias del electorado?
Las mediciones —coincidentes en tendencias generales— muestran un país empatado en dos mitades:
Kast domina en sectores rurales, votantes mayores y zonas de alta inseguridad.
Jara crece en mujeres jóvenes, trabajadores urbanos y votantes progresistas.
El voto obligatorio agrega incertidumbre, especialmente en regiones sureñas y en el norte, afectado por la inmigración.
La clave estará en los votantes que apoyaron a candidatos centristas y moderados en primera vuelta.
Lo que viene después del 14 de diciembre
Chile enfrentará un escenario difícil, sin importar el resultado:
1-economía con bajo crecimiento,
2-crisis de seguridad persistente,
3-fragmentación del Congreso,
4-y un sistema político aún sin reforma constitucional clara.
El país votará entre dos proyectos irreconciliables, pero quien gane necesitará dialogar para evitar ingobernabilidad. El 14 de diciembre será solo el comienzo de una transición compleja.
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