Cordialidad y distancia: el tenso saludo entre Milei y Lula en la Cumbre del Mercosur

En su primer encuentro cara a cara, Javier Milei y Luiz Inácio Lula da Silva intercambiaron un breve apretón de manos cargado de gestos diplomáticos y frialdad política. El vínculo entre ambos sigue marcado por tensiones ideológicas.

Política03 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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El encuentro entre Milei y Lula en la cumbre del Mercosur.

En el marco de la Cumbre del Mercosur, el presidente argentino Javier Milei y su par brasileño Lula da Silva protagonizaron uno de los momentos más esperados del evento: un saludo formal, correcto, pero sin señales de cercanía. La interacción, que no duró más de unos segundos, marcó la primera imagen compartida entre dos líderes con posturas diametralmente opuestas y antecedentes de fuertes cruces públicos.
Más allá del protocolo, el gesto dejó claro que entre Argentina y Brasil se mantiene la vía institucional, pero no hay sintonía política ni voluntad manifiesta de acercamiento personal.

Un saludo esperado, una frialdad evidente
El encuentro se produjo en un espacio neutral, frente a otros mandatarios y cámaras. El apretón de manos fue breve y sin palabras públicas. Ni Milei ni Lula buscaron mayor interacción. Fue un gesto que evitó la grosería del desconocimiento, pero también cualquier interpretación de reconciliación.

Tensiones arrastradas
El trasfondo de este momento tiene un historial cargado. Desde la campaña presidencial argentina, Milei criticó abiertamente a Lula, al que calificó de corrupto y populista. El brasileño, por su parte, mantuvo distancia diplomática, pero no ocultó su desacuerdo con el ascenso de la ultraderecha en la región. El saludo, entonces, aparece más como una necesidad formal que como un cambio de clima.

Una relación condicionada por el Mercosur
A pesar de las diferencias, Argentina y Brasil siguen siendo los pilares del bloque regional. Las economías están profundamente interconectadas, y el comercio bilateral exige, al menos, cierto nivel de coordinación. En ese sentido, los cancilleres y ministros de ambas naciones sostienen conversaciones técnicas que permiten mantener el diálogo vivo, aunque sin impulso político de alto nivel.

Un bloque en redefinición
La Cumbre del Mercosur ocurre en un contexto de redefinición del rol del bloque. Mientras Lula impulsa una visión más integracionista con Europa y otras regiones, Milei ha planteado una política exterior más liberal, con prioridad en acuerdos bilaterales y apertura comercial. Estas diferencias estratégicas también se traducen en el tono y la dinámica entre ambos presidentes.

El juego diplomático de la imagen
La fotografía del saludo entre Milei y Lula fue difundida por ambos gobiernos, pero sin mayores comentarios. Desde Buenos Aires se remarcó la "cordialidad institucional"; desde Brasilia se insistió en el "compromiso regional". Nadie intentó forzar una narrativa de reconciliación: ambos gobiernos eligieron mantener la distancia sin escalar tensiones.

El saludo entre Milei y Lula es una postal del vínculo actual: formalidad sin afecto, cooperación sin entusiasmo, institucionalidad sin proyecto compartido. Ambos entienden que el Mercosur impone un mínimo de trato, pero sus caminos ideológicos y estratégicos son incompatibles. La incógnita es cuánto tiempo podrá sostenerse este equilibrio frío sin que la distancia política afecte la estabilidad comercial y diplomática de la región.

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