Es Oficial: Milei vetó el aumento a jubilados y la emergencia en discapacidad

El presidente rechazó tres leyes aprobadas por mayoría: el aumento previsional, la moratoria jubilatoria y la emergencia para personas con discapacidad. En su argumentación, Milei denunció “irresponsabilidad fiscal” y defendió el equilibrio de las cuentas públicas.

Política04 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Se hizo oficial.



 
La tensión entre el Poder Ejecutivo y el Congreso alcanzó un nuevo pico. Javier Milei vetó de forma total tres leyes aprobadas recientemente por el Parlamento: el proyecto de aumento a jubilados, la continuidad de la moratoria previsional y la declaración de emergencia en materia de discapacidad. El rechazo presidencial fue formalizado en el Boletín Oficial y representa una decisión de alto impacto político, económico y simbólico.

Las normas habían sido sancionadas con mayoría en ambas cámaras, con apoyo transversal de bloques opositores e incluso algunos aliados circunstanciales. Sin embargo, el mandatario utilizó su facultad constitucional para impedir su promulgación, argumentando que las leyes votadas “afectan gravemente la sostenibilidad del sistema fiscal” y son contrarias al ajuste impulsado por su administración.

El veto alcanza a tres iniciativas clave. La primera, la que establecía una nueva fórmula de movilidad jubilatoria que garantizaba un incremento superior a la inflación acumulada. La segunda, la prórroga de la moratoria previsional, que permitía regularizar aportes a miles de personas sin los años requeridos. La tercera, la ley que declaraba la emergencia nacional en discapacidad y ordenaba refuerzos presupuestarios para programas sociales, educativos y sanitarios.

Desde el oficialismo, se justificó la decisión como un acto de responsabilidad: sostienen que no hay margen fiscal para nuevos gastos ni para ampliar el universo de beneficiarios del sistema previsional. En cambio, desde la oposición y sectores sociales se denunció un “ajuste brutal” que castiga a los sectores más vulnerables, especialmente jubilados de la mínima, personas mayores sin cobertura y familias con integrantes con discapacidad.

La noticia desató reacciones inmediatas. Sindicatos y organizaciones sociales anunciaron protestas y movilizaciones frente al Congreso y en diferentes puntos del país. Legisladores opositores ya comenzaron a trabajar en una estrategia para intentar rechazar el veto, aunque los números no aseguran éxito. Para revertir la decisión del Ejecutivo, se requieren mayorías especiales en ambas cámaras, algo que hoy parece difícil de alcanzar.

El veto presidencial se inscribe en una política más amplia de recorte del gasto público que viene siendo aplicada desde diciembre. Bajo el argumento de “déficit cero”, el Gobierno ha avanzado en la reducción de subsidios, el freno de obra pública, la eliminación de programas y el congelamiento de partidas. La anulación de estas tres leyes confirma que la estrategia se mantendrá incluso frente a decisiones del Congreso.

El punto más sensible del veto es el que afecta a las personas con discapacidad. La norma vetada buscaba declarar la emergencia nacional y ordenar al Estado a reforzar el sistema de transporte adaptado, garantizar tratamientos, asistencia domiciliaria, educación inclusiva y prestaciones médicas. Diversas organizaciones del sector habían impulsado el proyecto tras la creciente caída en la cobertura y los retrasos en los pagos.

En cuanto a la moratoria previsional, su eliminación dejará sin acceso a una jubilación a miles de personas que no completaron los años de aportes requeridos, en muchos casos mujeres, trabajadoras informales o personas que no pudieron cotizar por razones estructurales. La ley vigente tenía vigencia hasta 2025, pero con el veto, se interrumpe su continuidad.

El aumento previsional, por su parte, apuntaba a actualizar haberes por inflación con un refuerzo adicional para quienes perciben la mínima. La fórmula oficial actual, que combina inflación pasada y una suma fija discrecional, ha sido cuestionada por organismos especializados por provocar pérdida del poder adquisitivo en los adultos mayores.

La decisión de vetar estas leyes también tiene una lectura política. Milei consolida su perfil de confrontación con el Congreso, incluso con sectores que en ocasiones le han facilitado gobernabilidad. Apuesta al respaldo ciudadano a su programa de ajuste y a un enfrentamiento abierto con “la casta”, incluso si eso implica bloquear leyes votadas por amplias mayorías legislativas.

En paralelo, el Gobierno refuerza su vínculo con organismos financieros y sectores empresarios, que ven con buenos ojos el rumbo fiscal. La Casa Rosada confía en que el “sacrificio presente” será compensado con resultados económicos en el mediano plazo. Pero en el mientras tanto, crece la tensión social y el costo político.

En este nuevo escenario, se abre una disputa clave: ¿logrará el Congreso rechazar el veto? ¿Habrá nuevos intentos legislativos para reponer lo que fue anulado? ¿Se incrementarán las protestas callejeras? Lo que queda claro es que Milei no piensa dar marcha atrás con el ajuste, incluso si eso implica enfrentarse al sistema institucional que lo rodea.

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