Macri vs Milei en CABA: se rompe la tregua y cruje la alianza electoral en la ciudad

El expresidente está cada vez más incómodo con el acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO porteño. En medio de rumores de ruptura, crece la presión interna para que Macri tome distancia de los libertarios.

Política04 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Macri vs Milei.

La paz estratégica entre Mauricio Macri y Javier Milei muestra señales claras de desgaste. Lo que comenzó como una cooperación pragmática para sostener la gobernabilidad nacional, hoy amenaza con transformarse en una fractura política de proporciones. La causa inmediata: las tensiones por el armado electoral en la Ciudad de Buenos Aires.

En los últimos días, el expresidente dejó trascender su malestar por el rumbo que tomó la alianza entre el PRO porteño y La Libertad Avanza. El motivo principal sería el cierre de listas para las elecciones legislativas de octubre, donde los libertarios buscan asegurarse lugares de privilegio, incluso en detrimento de figuras históricas del macrismo.

Según versiones que circulan en ambos campamentos, Macri no sólo desconfía de los candidatos libertarios propuestos para el distrito, sino que además considera que la subordinación del PRO al liderazgo de Milei debilita la identidad del espacio. Lo que alguna vez fue un vínculo de conveniencia mutua, hoy comienza a transformarse en una pulseada por territorio político.

En paralelo, sectores del PRO cercanos a Macri evalúan competir por fuera de la estructura oficial si el cierre de listas no respeta ciertos acuerdos mínimos. La alternativa de presentar listas “puras” del macrismo en la Ciudad gana adeptos, incluso entre quienes, meses atrás, defendían la alianza con Milei como única vía para enfrentar al peronismo y al radicalismo en 2025.

Del lado libertario, la posición es inflexible. Javier Milei exige fidelidad total, presencia en las boletas y protagonismo en el armado. Para el Presidente, la Ciudad de Buenos Aires no es solo una plaza electoral: es la base simbólica de su capital político, el bastión donde se construyó su figura pública y su primer gran triunfo nacional. Por eso, no está dispuesto a ceder terreno, ni siquiera frente a Macri.

El conflicto no se limita a cuestiones tácticas. También hay una puja por el relato. Mientras Macri pretende conservar una línea de “liberalismo clásico con anclaje institucional”, el discurso de Milei va por carriles más disruptivos y combativos. Esa diferencia de tono, que antes funcionaba como complemento, ahora se percibe como una divergencia estratégica insalvable.

En los pasillos del PRO porteño se respira tensión. Dirigentes que hasta hace poco defendían la unidad, ahora evitan definiciones públicas. El jefe de Gobierno, Jorge Macri, quedó atrapado en el centro de la disputa: como figura institucional debe mantener la gobernabilidad local, pero como dirigente político responde a su primo, quien cada vez se aleja más del experimento libertario.

El riesgo de una ruptura en la Ciudad tiene derivaciones nacionales. Si el PRO se escinde de La Libertad Avanza en uno de sus distritos clave, puede sentar un precedente para otros armados en provincias importantes. Además, pondría en jaque el delicado equilibrio con el que se viene gestionando el Congreso, donde el oficialismo depende del acompañamiento de sectores del PRO para aprobar leyes clave.

Desde el entorno de Macri no ocultan que evalúan todos los escenarios. Incluso se baraja la posibilidad de impulsar una nueva referencia política post-PRO, más alineada con los valores originales del macrismo y sin la dependencia ideológica del mileísmo. Sería una suerte de “refundación liberal”, pero sin el componente anarcocapitalista que representa el actual presidente.

Milei, por su parte, no parece dispuesto a negociar. Su lógica es verticalista y no deja margen para cogestión. Quien quiera estar en sus listas, debe alinearse. Quien cuestione, queda afuera. Esa lógica, que le ha servido para consolidar su núcleo duro, ahora choca con la cultura política del PRO, basada en acuerdos, liderazgos compartidos y construcción electoral progresiva.

El calendario avanza y el cierre de listas se acerca. Lo que está en juego no es solo la estrategia en CABA, sino el futuro de una alianza que fue central en los primeros meses del gobierno libertario. La pregunta ya no es si pueden convivir, sino quién se va a quedar con el control del espacio opositor de derecha en los próximos años.

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