Tensión en el peronismo bonaerense: Grabois mantiene el suspenso y crecen las divisiones en provincias clave

A horas del cierre de alianzas, el dirigente evita confirmar su postura mientras el peronismo enfrenta fracturas en distritos donde se eligen senadores.

Política08 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Tensión en el peronismo bonaerense.

En la recta final hacia el cierre de alianzas, el peronismo bonaerense atraviesa una jornada cargada de incertidumbre y maniobras políticas. Juan Grabois, figura central en la interna del espacio, decidió no adelantar su definición, manteniendo en vilo a la dirigencia y dejando abierta la posibilidad de un quiebre que podría impactar directamente en la estrategia electoral. La indefinición no solo inquieta al sector que lo respalda, sino que también condiciona las negociaciones en marcha con otras corrientes del peronismo.

La provincia de Buenos Aires, epicentro de la disputa, concentra gran parte de la atención. Allí, el reparto de candidaturas se vuelve más complejo por la magnitud del electorado y el peso que tienen sus resultados en el escenario nacional. La falta de una confirmación por parte de Grabois altera el tablero y obliga a recalcular fórmulas, ya que un distanciamiento de su sector implicaría la pérdida de votos en un territorio clave para el oficialismo opositor dentro del peronismo.

Las tensiones se agravan en las provincias que este año renuevan bancas en el Senado. En esos distritos, las listas deben armarse con precisión quirúrgica, porque el sistema de elección directa de senadores por mayoría y minoría otorga una fuerte ventaja a las fuerzas que logran unidad. La fragmentación, por el contrario, puede diluir la representación y abrirle la puerta a rivales políticos en la Cámara Alta. Varios gobernadores y referentes locales presionan para evitar este escenario, pero las diferencias internas amenazan con imponerse.

La incertidumbre también es aprovechada por otros actores que ven la oportunidad de ocupar espacios. Dirigentes de peso intermedio, intendentes y referentes territoriales impulsan sus propios armados, evaluando si sumarse a una lista común o competir por afuera para capitalizar el descontento con la conducción actual. Este movimiento agrega una capa más de complejidad a las negociaciones, que ya se desarrollan bajo una fuerte presión por los tiempos legales.

El papel de Grabois en este contexto es determinante. Su capacidad para movilizar bases militantes y su presencia en sectores juveniles y sociales lo convierten en un aliado codiciado, pero también en un factor de riesgo si decide romper y presentar una propuesta por fuera. El silencio que mantiene refuerza el suspenso y deja abierta la puerta a especulaciones sobre posibles acuerdos de último momento o, por el contrario, sobre un quiebre definitivo.

En las próximas horas, el peronismo deberá resolver si logra integrar a todos sus sectores en un frente único o si las diferencias internas derivan en una competencia múltiple que fragmente el voto. La foto final del cierre de alianzas no solo definirá la oferta electoral de este año, sino que también marcará la capacidad de la fuerza para proyectar unidad hacia el futuro.

Con el reloj corriendo, las reuniones se multiplican y los teléfonos no dejan de sonar. La dirigencia sabe que el margen para maniobrar se achica y que cualquier error en esta instancia puede pagarse caro en las urnas. La decisión de Grabois, cuando finalmente se conozca, será un golpe de efecto que inclinará la balanza en uno u otro sentido.

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