Evergrande, el gigante inmobiliario chino, deja de cotizar en Hong Kong

Con una deuda colosal y tras años de crisis, la desarrolladora más endeudada del mundo fue retirada del mercado bursátil, marcando un nuevo capítulo en el colapso del sector inmobiliario chino.

Mundo13 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Evergrande.

La historia de Evergrande, símbolo del auge y la caída del mercado inmobiliario chino, sumó este miércoles un hecho que confirma su derrumbe: la Bolsa de Hong Kong suspendió oficialmente su cotización.

El movimiento se produce tras meses de incumplimientos, procesos judiciales y una montaña de deudas que superan los 300.000 millones de dólares, dejando en vilo a acreedores, compradores y a la propia economía china.

La decisión de la Bolsa de Hong Kong implica que Evergrande ya no podrá negociar sus acciones en el mercado, cerrando así la posibilidad de captar nuevos fondos a través de inversores públicos. La medida llega después de que la empresa no lograra cumplir con los requisitos regulatorios ni presentar estados financieros que reflejen un plan creíble de recuperación.

Evergrande había sido durante años un emblema del crecimiento urbano en China, construyendo ciudades enteras, estadios y complejos residenciales que se vendían antes de ser terminados. Sin embargo, su modelo de negocio, basado en una expansión agresiva financiada con deuda, colapsó cuando las autoridades chinas endurecieron las reglas de endeudamiento en el sector inmobiliario.

La compañía ya atravesaba un proceso de liquidación ordenado por tribunales de Hong Kong, mientras en China continental decenas de proyectos quedaban paralizados y miles de compradores se encontraban con viviendas sin terminar. La suspensión bursátil es, para muchos analistas, el golpe final a la posibilidad de que Evergrande resurja como una empresa viable.

El impacto va más allá de la propia corporación. El caso Evergrande se ha convertido en un símbolo de la fragilidad de todo el mercado inmobiliario chino, que enfrenta ventas en caída, sobreoferta de viviendas y una crisis de confianza de inversores y consumidores. Las autoridades intentan contener el efecto dominó, temiendo que otras grandes desarrolladoras sigan el mismo camino.

Para los acreedores internacionales, la salida de Evergrande de la Bolsa complica aún más las posibilidades de recuperar su dinero. En el ámbito interno, crece la presión sobre el gobierno de Pekín para encontrar soluciones que eviten un colapso mayor del sector, clave para el crecimiento económico del país.

La historia de Evergrande, que alguna vez fue el rostro de la prosperidad urbana china, parece llegar a su epílogo como una advertencia global sobre los peligros de la deuda excesiva y la especulación inmobiliaria.

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