Incendios forestales devastan Turquía, Grecia y Chipre: el cambio climático intensifica la tragedia

Los focos dejaron decenas de muertos y miles de evacuados en el Mediterráneo oriental. Expertos advierten que el calentamiento global potencia la frecuencia y magnitud de los incendios.

Mundo28 de agosto de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Incendios forestales.

El Mediterráneo oriental atraviesa una de sus peores crisis ambientales en los últimos años. Turquía, Grecia y Chipre se encuentran bajo fuego por una serie de incendios forestales que ya provocaron decenas de muertes, miles de evacuados y la destrucción de vastas áreas naturales. Según los especialistas, el cambio climático está intensificando la magnitud y letalidad de estos desastres.

Las llamas avanzaron con rapidez debido a las altas temperaturas, que superaron los 40 grados, sumadas a vientos secos que complicaron las tareas de los bomberos. En Turquía, los incendios arrasaron aldeas enteras y dejaron un saldo fatal que todavía se está contabilizando. En Grecia, el fuego llegó hasta zonas residenciales de la periferia de Atenas, obligando a evacuaciones masivas. En Chipre, el panorama no fue distinto: colinas enteras quedaron cubiertas de cenizas y cientos de familias perdieron sus hogares.

Las autoridades desplegaron brigadas de emergencia con miles de bomberos y aviones hidrantes, pero reconocieron que la magnitud de los incendios supera la capacidad de respuesta. La Unión Europea envió apoyo logístico y equipos de refuerzo para colaborar con las operaciones, en un esfuerzo regional por contener las llamas.

El impacto ambiental es devastador: bosques enteros quedaron arrasados, miles de animales murieron calcinados y los suelos tardarán años en recuperarse. Además, los incendios forzaron cortes de energía y afectaron la calidad del aire, generando una crisis sanitaria adicional en varias ciudades.

Científicos remarcaron que estos eventos extremos no son aislados: el cambio climático incrementa la probabilidad de olas de calor más largas y secas, que convierten a los bosques en material combustible. De hecho, en la última década, la región mediterránea se convirtió en un punto crítico por la recurrencia de incendios mortales.

La tragedia en Turquía, Grecia y Chipre refleja el impacto tangible del cambio climático en la vida cotidiana. Con decenas de muertos, miles de evacuados y una naturaleza devastada, el Mediterráneo oriental se enfrenta a un futuro cada vez más marcado por fenómenos extremos que exigen respuestas urgentes a nivel global.

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