Reino Unido y EE.UU. avanzan hacia un acuerdo comercial para reducir aranceles al acero y automóviles

Londres y Washington están cerca de firmar un pacto que aliviaría las tarifas del 25% impuestas por la administración Trump, beneficiando a sectores clave de la economía británica.

Economía07 de mayo de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Acero

El Reino Unido y Estados Unidos están en las etapas finales de negociaciones para un acuerdo comercial que reduciría significativamente los aranceles impuestos a las exportaciones británicas de acero y automóviles.

Este pacto surge como respuesta a las tarifas del 25% implementadas por el presidente Donald Trump el pasado 2 de abril. Se espera que el acuerdo incluya cuotas arancelarias más bajas para estos productos, proporcionando un alivio sustancial a las industrias afectadas.

A cambio, el Reino Unido ofrecería concesiones en áreas como el impuesto a los servicios digitales que grava a las grandes tecnológicas estadounidenses, así como reducciones en los aranceles sobre las exportaciones de automóviles y productos agrícolas de EE.UU.

Sin embargo, persisten desacuerdos en sectores sensibles como el farmacéutico y la política alimentaria, donde Londres mantiene su rechazo a ciertas normas de producción estadounidenses, como el uso de carne tratada con hormonas o pollo lavado con cloro.

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha priorizado estas negociaciones para proteger a la industria nacional del impacto de los aranceles. Aunque hay optimismo sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo, aún es temprano para confirmar si se logrará esta semana.

El gobierno británico dejó en claro que no firmará un acuerdo que no sea beneficioso para el país, a pesar del interés de la administración estadounidense en anunciar avances rápidamente.

Estas conversaciones se dan en paralelo al anuncio de un importante acuerdo comercial entre el Reino Unido y la India, que busca profundizar los lazos económicos tras el Brexit y compensar el impacto de los aranceles de Estados Unidos.

Además del acero y la automoción, el Reino Unido también observa con atención posibles nuevos aranceles al sector farmacéutico y a la industria cinematográfica, ambos de gran relevancia para su economía.

La firme postura de Londres busca encontrar un equilibrio que alivie la presión sobre las empresas y los consumidores, mientras se evita ceder en cuestiones estratégicas.

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