Stephen Miller es el principal responsable de la estricta política migratoria de Trump en EE.UU

El principal responsable de las políticas migratorias más extremas del presidente Donald Trump es Stephen Miller.

Mundo24 de enero de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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A sus 39 años, este republicano de ideas ultraconservadoras, que ya creó algunas de las medidas más severas del primer gobierno de Trump, como separar familias migrantes, ha aumentado su poder e influencia en la Casa Blanca, ocupando los puestos de subdirector de políticas y asesor de seguridad nacional.

El mismo día que comenzó su segundo mandato, Trump firmó órdenes ejecutivas que tienen la influencia de Miller, como quitar la ciudadanía por nacimiento y declarar una emergencia nacional en la frontera sur.

Estas medidas muestran el enfoque nacionalista y estricto que ha promovido este "halcón" republicano desde el comienzo del trumpismo, siendo muy activo en defender sus ideas en los medios de comunicación.

"Usaremos todo el poder de las fuerzas federales bajo el mando y dirección del presidente Trump para salvar a este país de esta ocupación", dijo este miércoles a Fox News.

Te contamos quién es Stephen Miller, una de las personas más extremas, temidas e influyentes de la Casa Blanca.

Su ascenso al poder

Miller nació en 1985 en una familia judía en Santa Mónica, California. Desde joven, mostró un gran interés por la política, influenciado por personas y medios con ideas conservadoras.


A los 16 años, escribió una carta a un periódico local criticando la falta de patriotismo en su escuela. Se presentó como un activista conservador que pedía a los estudiantes latinos que solo hablasen inglés en clase.

Su educación política se fortaleció en la Universidad de Duke, donde se graduó en Ciencias Políticas en 2007 y tuvo un evento que, según los expertos, le dio un temprano impulso a su carrera.

Miller se convirtió en un fuerte defensor de un grupo de jugadores del equipo universitario de lacrosse que fueron acusados de violación y que al final demostraron su inocencia, en un caso que tuvo atención de los medios.

En este tiempo, comenzó a relacionarse con personas polémicas como Richard Spencer, un conocido supremacista blanco, aunque el asesor republicano dijo que no tenían una relación cercana.

Después de graduarse, trabajó como asesor de comunicaciones para congresistas republicanos. En 2009, comenzó a trabajar con el senador Jeff Sessions, quien es conocido por sus opiniones estrictas sobre inmigración.

Bajo la dirección de Sessions, Miller fue fundamental en la oposición al proyecto de reforma migratoria bipartidista de 2013, lo que fortaleció su reputación como crítico de las políticas de fronteras abiertas.

En 2016, se unió a la campaña presidencial de Donald Trump como asesor en políticas y escritor de discursos.

Se le da crédito a Miller por el tono nacionalista y antiinmigración en los discursos de Trump, como el del inaugural de 2017. También se le atribuye el diseño de dos de las medidas más controvertidas de su primer mandato: el veto migratorio a países con mayoría musulmana y la separación de familias de migrantes indocumentados.

El periódico Politico señala que su habilidad para entender y expresar la visión de Trump lo convirtió en una figura clave en su primer gobierno de 2017 a 2021.

Desde entonces, Miller es famoso por su enfoque extremo sobre la inmigración y por su capacidad para convertir ideas radicales en políticas claras.

Según The New York Times, el asesor republicano ha mejorado su estrategia siendo discreto y evitando conflictos internos, lo que le ha ayudado a implementar con éxito algunas de las ideas más extremas del trumpismo.

Su plan

Para su segundo mandato, Donald Trump le ha dado a Stephen Miller más poder sobre la agenda migratoria, haciéndolo la figura principal en decisiones junto a Tom Homan, el nuevo "zar de la frontera".

Como subdirector de política y asesor de seguridad nacional, Miller ha sido el encargado de escribir muchas órdenes ejecutivas para iniciar la agenda migratoria de Trump, que prometió detener el ingreso de inmigrantes irregulares y deportar a quienes ya están en EE.UU.

Una de estas órdenes fue quitar la ciudadanía por nacimiento, una acción que niega un derecho que ha existido desde hace mucho y está protegido por la 14ª Enmienda de la Constitución, y que ya ha sido cuestionada en los tribunales.

También volvió a poner en marcha el Título 42, que permite cerrar la frontera con México por razones de salud pública, y declaró una emergencia nacional en la frontera sur. Según expertos, esto busca justificar una militarización sin precedentes de las operaciones de deportación.

También canceló solicitudes de asilo que estaban pendientes, negó la entrada al país a más refugiados y designó a los carteles de drogas como organizaciones terroristas extranjeras.

Miller es el responsable de lo que algunos expertos llaman una "estrategia de saturación": llenar a la oposición y a los medios con un flujo continuo de acciones ejecutivas y medidas para sobrecargar la capacidad de respuesta y aumentar su efectividad.

Politico señala que el asesor ha colaborado con abogados externos, en lugar de utilizar el Departamento de Justicia, como es común en su puesto, para proteger las nuevas políticas y asegurar que se implementen con la menor cantidad de problemas legales.

Este enfoque mostraría las lecciones que Miller aprendió durante el primer mandato de Trump, cuando el veto migratorio enfrentó obstáculos en los tribunales.

Además de su labor interna, Miller ha creado vínculos importantes con personas influyentes fuera del gobierno, como el empresario Elon Musk, quien recientemente ha tomado una posición más dura sobre la inmigración.

El nuevo asesor de seguridad nacional de Trump fundó también America First Legal, una organización de abogados conservadores que promueve demandas y campañas en los medios contra instituciones y organizaciones que dicen que apoyan o fomentan la inmigración ilegal.

Stephen Miller no solo ha diseñado las políticas más extremas del trumpismo, sino que también ha mejorado las tácticas y herramientas para implementarlas de manera efectiva.

Fidelidad total a Trump.

Desde que comenzó la campaña presidencial de 2016, Stephen Miller ha mostrado una lealtad total a Donald Trump, convirtiéndose en uno de sus aliados más cercanos y fieles.

Miller se unió al equipo de Trump cuando todavía se pensaba que tenía pocas posibilidades de llegar a la Casa Blanca y escribió algunos de sus primeros discursos, donde logró dar forma y aumentar su tono populista y nacionalista.

Durante el primer mandato de Trump, Miller se mantuvo al margen de las peleas dentro de la Casa Blanca, manteniendo buenas relaciones con tanto los moderados como los más radicales del gobierno, según The New York Times.

Sin embargo, nunca apoyó a un aliado que tuviera problemas con Trump, como ocurrió con Jeff Sessions, su antiguo mentor y jefe en el Senado.

Cuando en 2017 Sessions dejó su puesto de fiscal general tras perder el apoyo del entonces presidente, Miller no dudó en demostrar su lealtad al líder y se alejó de quien había sido su benefactor.

Esa lealtad total también se muestra en su disposición a seguir las instrucciones de Trump sin dudar, especialmente en público.

Según Politico, el estratega de 39 años siempre apoya al presidente, incluso en reuniones privadas, y se adapta rápidamente a las decisiones que toma Trump. Esto le ha ayudado a mantenerse en su puesto a pesar de varios cambios en el gabinete durante el primer mandato y conflictos dentro del partido.

Claro, Miller ha apoyado en todo momento la dudosa teoría de que las elecciones que Joe Biden ganó a Trump en 2020 fueron fraudulentas.

Una persona controvertida.


Las políticas de Stephen Miller, en los dos mandatos de Donald Trump, provocan grandes divisiones en la política y la sociedad de Estados Unidos.

Para quienes están en contra, como algunos legisladores demócratas y grupos de derechos humanos, su agenda ataca directamente los principios básicos de Estados Unidos y a las comunidades más vulnerables.

Grupos como la ACLU o el Southern Poverty Law Center las consideran extremas y discriminatorias.

Analistas que hablaron con The New York Times advierten que las políticas de Miller podrían cambiar cómo Estados Unidos maneja la inmigración, cerrando las puertas que históricamente han estado abiertas para refugiados y solicitantes de asilo.

Sus críticos piensan que las posibles deportaciones y la militarización de la frontera podrían complicar las relaciones con países cercanos, como México, y causar nuevas crisis humanitarias.

Para quienes apoyan el trumpismo, es un estratega con visión que ha cambiado las políticas de inmigración con un enfoque nacionalista y firme, que ayudará a proteger la seguridad y el bienestar de los estadounidenses.

Aunque aún no se conocen los efectos finales de su legado, millones de migrantes están sintiendo de diversas formas el impacto de las políticas creadas y promovidas por Miller, las cuales seguirán generando controversia y disputas en los próximos 4 años.

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