La economía alemana retrocede en el segundo trimestre tras los aranceles de Trump

La economía de Alemania volvió a entrar en terreno negativo durante el segundo trimestre de 2025, con una contracción del 0,3% del Producto Bruto Interno. El dato refleja el impacto directo de los nuevos aranceles comerciales aplicados por la administración de Donald Trump, que afectaron principalmente a la industria automotriz y al sector de bienes manufacturados, pilares de la producción germana.

El retroceso sorprendió a analistas que habían proyectado un leve estancamiento, pero no una caída. Desde Berlín reconocen que las restricciones de acceso al mercado estadounidense dejaron un fuerte vacío en las exportaciones, que no logró ser compensado por la demanda de Asia ni por el mercado interno.

El gobierno alemán, encabezado por el canciller Olaf Scholz, enfrenta crecientes presiones políticas y sociales. Los sindicatos advierten sobre el riesgo de pérdida de empleo en la industria automotriz, mientras que el empresariado reclama medidas fiscales de emergencia para amortiguar los efectos de la guerra comercial.

El consumo interno también mostró señales de debilidad, con una reducción en las ventas minoristas y un menor nivel de inversión privada. Esto se atribuye a la incertidumbre general y a un enfriamiento en la confianza de los hogares, que prefieren ahorrar antes que gastar en un contexto de tensiones globales.

El conflicto arancelario escaló a partir de la decisión de Washington de imponer tasas adicionales a las importaciones de vehículos europeos, bajo el argumento de proteger a la industria norteamericana. Berlín respondió con quejas ante la Organización Mundial del Comercio, pero por ahora no consiguió revertir la medida.

El impacto no se limita a Alemania. Otros países de la Unión Europea, en particular aquellos con cadenas de valor vinculadas al mercado automotor, también enfrentan turbulencias. Bruselas advirtió que una prolongación del enfrentamiento podría derivar en un efecto contagio sobre toda la región, afectando la competitividad y el crecimiento.

De cara al tercer trimestre, los economistas no descartan que Alemania ingrese en recesión técnica si no logra revertir la caída. Para evitarlo, el gobierno evalúa un paquete de estímulo que incluya incentivos a la inversión, alivio impositivo y créditos a tasas subsidiadas para sectores críticos.

Mientras tanto, la confrontación con Estados Unidos se mantiene en el centro de la agenda internacional. La incertidumbre sobre cómo evolucionará el vínculo bilateral suma un nuevo elemento de tensión en un escenario económico ya debilitado, en el que Alemania intenta sostener su rol de motor de Europa en medio de una tormenta global.