EE.UU. impulsa en la ONU una fuerza regional contra las pandillas en Haití

Estados Unidos y Panamá proponen crear una fuerza multinacional bajo mandato de la ONU para combatir el auge de las pandillas en Haití y apoyar la logística en el terreno.

Estados Unidos02 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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En contra de pandillas en Haití.

Frente a la creciente violencia causada por pandillas armadas y la ampliada presencia delictiva en Haití, Estados Unidos y Panamá presentaron un borrador en el Consejo de Seguridad de la ONU. Solicitan crear una "Fuerza de Supresión de Pandillas" respaldada por varios países y una estructura logística estable, destinada a reforzar y sustituir a la misión actual, escasamente dotada de recursos.

La fuerza propuesta ampliaría significativamente la actual misión de apoyo multilateral liderada por Kenia, que cuenta con menos de 1.000 efectivos, pese a que estaba prevista para operar con 2.500. El nuevo cuerpo podría llegar a sumar unos 5.500 uniformados y operaría durante 12 meses, con mandatos claros y apoyo logístico formalizado mediante una oficina de la ONU en Puerto Príncipe.

Además, complementaría los operativos con asistencia en transporte, energía, drones y suministro mediante un centro internacional de logística, lo cual busca fortalecer las capacidades en el terreno y evitar el colapso institucional en zonas dominadas por bandas criminales.

Históricamente, China y Rusia se resistieron a convertir esta misión en una operación formal de mantenimiento de la paz. El ajuste actual busca asegurar que el nuevo despliegue cuente con respaldo político, estructural y técnico, incluso frente a objeciones estratégicas.

El año pasado, Haití sufrió un desplazamiento masivo de más de un millón de personas y un recrudecimiento del control territorial por parte de pandillas, que ahora operan con total impunidad. El escenario humanitario sigue deteriorándose: niños representaron cerca del 50 % de los incorporados por las bandas, según organismos internacionales, lo que resalta la urgencia de intervención.

El plan estadounidense-panameño representa un giro estratégico en la respuesta internacional frente a Haití: no se trata solo de presencia física, sino de estructura, logística y autoridad operativa. Ante un estado frágil y un panorama polarizado, la clave será si esta nueva fuerza puede articularse sin perder efectividad y legitimidad. El desafío ahora es que esa fuerza esté respaldada por recursos, claridad política y coordinación real en el terreno.

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