Los vinilos de Taylor Swift esquivan los aranceles de Trump: el arte como excepción comercial

“The Life of a Showgirl”, el nuevo álbum de la cantante, quedó exento de los aranceles a productos chinos gracias a una cláusula que protege las obras culturales. La medida desató debate sobre la relación entre la política económica y la industria musical.

Estados Unidos04 de octubre de 2025Alejandro CabreraAlejandro Cabrera
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Mientras Estados Unidos refuerza sus barreras comerciales bajo la nueva política arancelaria impulsada por Donald Trump, un producto cultural logró escapar a las restricciones: los vinilos de Taylor Swift. El flamante disco The Life of a Showgirl, impreso en fábricas chinas, ingresará al mercado estadounidense sin pagar los aranceles que afectan a miles de bienes de consumo.

La razón no está en una maniobra empresarial ni en un privilegio político, sino en una excepción legal que distingue el arte de las mercancías ordinarias. Los vinilos de la cantante están amparados por la Enmienda Berman, una norma que desde 1988 impide aplicar sanciones comerciales a bienes culturales, como libros, música o películas, por considerarlos expresiones de la libertad artística.

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Una cláusula cultural en medio de la guerra económica

La Enmienda Berman, poco conocida fuera de los círculos diplomáticos, fue aprobada durante la Guerra Fría para evitar que las tensiones políticas limitaran el intercambio cultural entre naciones. En su espíritu original, la ley buscaba garantizar que el arte siguiera circulando incluso entre países enfrentados.

Esa misma cláusula fue la que ahora permitió que los vinilos de Taylor Swift, fabricados en China, no queden alcanzados por la nueva ola de aranceles decretada por la administración Trump, que grava con tasas de hasta el 60% a productos tecnológicos, textiles y manufacturados.

La Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) confirmó que los discos de vinilo entran dentro de la categoría de “productos culturales protegidos”, por lo que su importación no viola las medidas de restricción comercial.

 
El vinilo como industria en expansión

El caso de Swift pone en evidencia una paradoja del mercado musical contemporáneo. A pesar del dominio de las plataformas de streaming, el vinilo se consolidó como un símbolo de valor artístico y de coleccionismo, con cifras que crecen año tras año. En 2024, la venta de vinilos en EE.UU. superó los 45 millones de unidades, el nivel más alto desde 1988.

Taylor Swift fue una de las grandes responsables de este renacimiento. Cada lanzamiento suyo incluye ediciones limitadas, versiones de colores y diseños exclusivos que convierten sus discos en objetos de culto. Su público, predominantemente joven, convirtió el ritual de comprar vinilos en una experiencia estética y emocional.

The Life of a Showgirl, producido entre Nashville y Londres, fue prensado en Asia por razones logísticas: la demanda global supera la capacidad de las plantas estadounidenses, que no dan abasto para abastecer el mercado interno.

 
Una excepción que genera debate

La exención arancelaria provocó críticas entre sectores industriales que consideran injusto que ciertos productos culturales queden fuera de la política proteccionista. Empresarios del sector tecnológico y textil cuestionan que, mientras ellos deben pagar altos impuestos de importación, la industria musical pueda esquivar las tasas gracias a una “interpretación artística” de la ley.

Desde el Gobierno, sin embargo, defienden la decisión. “El arte y la cultura tienen un valor que trasciende lo económico. No pueden ser tratados como simples bienes de consumo”, explicó un portavoz de la USTR. La administración argumenta que la Enmienda Berman forma parte de la tradición constitucional de respeto a la libertad de expresión.

 
Taylor Swift, entre la música y la economía

Para Taylor Swift, el episodio vuelve a colocarla en el centro de un fenómeno que va más allá de lo musical. Su poder de influencia trasciende los escenarios: cada decisión comercial suya impacta en la industria del entretenimiento y, como demuestra este caso, también en la economía global.

La artista, que mantiene un estrecho control sobre su catálogo y producción, no emitió comentarios públicos sobre la excepción arancelaria. Sin embargo, sus fanáticos celebraron la noticia en redes sociales, interpretándola como una muestra del “poder del arte frente a la política”.

En las tiendas, el efecto fue inmediato: los pedidos anticipados del vinilo aumentaron más de un 200% tras conocerse que las copias llegarán a tiempo para su lanzamiento sin demoras en aduana.

 
El arte frente al proteccionismo

La controversia reaviva una discusión de fondo: ¿puede el arte estar completamente separado de la economía? Los defensores de la Enmienda Berman sostienen que la cultura debe ser un territorio libre de las guerras comerciales, mientras que los críticos consideran que el principio fue concebido para un mundo que ya no existe.

En un contexto de tensiones entre Washington y Pekín, la música de Taylor Swift se convirtió en un caso testigo. Los vinilos —objeto nostálgico, símbolo cultural y producto de lujo— lograron esquivar el cerco de los aranceles en nombre de la libertad creativa.

 
Una metáfora del tiempo

El hecho de que un formato analógico, nacido hace más de medio siglo, sea hoy el vehículo de un debate sobre comercio internacional refleja hasta qué punto el arte conserva su poder simbólico. Mientras el mundo discute sobre inteligencia artificial, cadenas de suministro y guerras de chips, un disco de vinilo logró lo que no pudieron muchos acuerdos diplomáticos: unir, aunque sea por un instante, a economistas, artistas y fanáticos bajo una misma melodía.

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