La renuncia de Espert: una presión interna insostenible y el riesgo de una crisis política con impacto electoral

El economista liberal renunció a su candidatura tras días de tensión con el oficialismo y crecientes denuncias cruzadas dentro del espacio. La decisión sacude el tablero de la derecha argentina y abre un vacío político en plena campaña.

Política06 de octubre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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La política argentina volvió a entrar en ebullición. José Luis Espert, uno de los referentes del liberalismo económico, presentó su renuncia a la candidatura legislativa que defendía desde hacía semanas. La decisión, que se conoció tras un encuentro reservado con su entorno más cercano, confirmó lo que en los pasillos del Congreso ya se venía anticipando: el desgaste interno y la presión mediática se volvieron imposibles de sostener.

Espert argumentó motivos personales, pero detrás del gesto se esconde una tormenta política de fondo. En apenas una semana, su figura pasó de ser un aliado funcional del oficialismo a convertirse en un problema político mayúsculo, tanto para Javier Milei como para los sectores liberales que lo habían acompañado desde 2021.

El origen de la crisis
Las tensiones comenzaron a escalar luego de las acusaciones sobre presuntos pedidos de aportes económicos durante la campaña anterior. Aunque el economista negó las versiones, el tema se transformó en un foco de conflicto interno dentro del espacio oficialista, que buscaba despegarse de cualquier sospecha en medio del clima preelectoral.

A eso se sumó la incomodidad creciente de los sectores libertarios puros, que nunca terminaron de asimilar su incorporación a la estructura de La Libertad Avanza. En los últimos días, figuras cercanas a Karina Milei y Guillermo Francos consideraban que la permanencia de Espert podía entorpecer la estrategia nacional de cara a las legislativas de octubre.

El resultado fue inevitable: un aislamiento político progresivo, la pérdida de interlocución dentro del bloque y una serie de filtraciones que terminaron por erosionar su credibilidad.

Una salida anunciada
El punto de quiebre se produjo durante el fin de semana, cuando trascendieron conversaciones internas en las que se cuestionaba abiertamente su continuidad. Según versiones coincidentes, la Casa Rosada habría sugerido que su renuncia “ordenaría el tablero”. Horas después, el propio Espert hizo pública su decisión de bajarse de la lista.

En su comunicado, habló de “un ciclo cumplido” y de la necesidad de “no entorpecer el rumbo de las ideas de la libertad”. Pero en la práctica, su salida expone una fractura profunda dentro del liberalismo institucional: la convivencia entre técnicos, militantes ideológicos y operadores políticos se volvió inviable.

Lo que para algunos fue un gesto de dignidad, para otros fue una capitulación forzada. Y en ambos casos, una señal preocupante para el electorado liberal, que enfrenta la elección más difícil desde su irrupción en el Congreso.

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El impacto en el Gobierno
La renuncia no es un hecho aislado: ocurre en medio de una secuencia de reacomodamientos internos en el oficialismo. El Gobierno intenta mantener cohesión en un contexto de inflación persistente, presión social y tensiones con los aliados parlamentarios.

Fuentes cercanas al Ministerio del Interior reconocen que la decisión de Espert “alivia el frente interno”, pero también admiten que podría abrir un flanco discursivo que la oposición aprovechará para mostrar desorden. En el plano simbólico, la baja de un economista que representaba la ortodoxia liberal deja un vacío ideológico difícil de cubrir.

Además, su salida altera la narrativa oficial de cara a las elecciones: el Ejecutivo pierde un vocero experimentado en materia económica y un puente con sectores empresariales y académicos.

Reacciones y lectura política
Dentro del Congreso, la noticia cayó con sorpresa y alivio en partes iguales. Legisladores que habían compartido bloque con Espert destacaron su trayectoria técnica, pero cuestionaron su “incapacidad para adaptarse al nuevo contexto político”. Desde la oposición, en cambio, aprovecharon para remarcar el “desgaste interno del proyecto libertario” y la “falta de cohesión entre sus referentes”.

En redes sociales, la renuncia generó un intenso intercambio entre militantes. Algunos usuarios expresaron apoyo y destacaron su “coherencia al dar un paso al costado”, mientras otros lo acusaron de “ceder ante la presión del poder”.

La grieta interna que deja su salida no es menor: dentro del espacio liberal existen diferencias sobre cómo reconstruir una identidad que no dependa de la figura de Milei, pero tampoco rompa completamente con ella.

Efectos electorales y proyecciones
El efecto inmediato será medible en las encuestas. La renuncia de Espert puede provocar una fuga de votos en los sectores moderados del liberalismo bonaerense, que podrían migrar hacia opciones opositoras tradicionales. Al mismo tiempo, el oficialismo deberá reordenar su discurso económico sin uno de sus principales voceros mediáticos.

Analistas electorales advierten que, más allá del impacto numérico, el golpe simbólico es significativo: Espert representaba la validación técnica del discurso libertario, un perfil académico que daba sustento a las políticas de ajuste y desregulación impulsadas por el Gobierno.

Su ausencia podría dejar al Presidente más expuesto frente a la oposición, que buscará capitalizar la sensación de “caos interno” para erosionar la confianza en la gestión.

El trasfondo institucional
En los últimos meses, Espert había perdido interlocutores clave dentro del oficialismo. Sus propuestas económicas no eran tomadas en cuenta en la mesa chica y sus intervenciones públicas generaban incomodidad. El detonante fue la filtración de audios y conversaciones en las que se discutían estrategias de financiamiento y candidaturas, que terminaron por minar la confianza interna.

El deterioro fue rápido y público. De ser un aliado estratégico en el Congreso, pasó a convertirse en una figura incómoda. La renuncia fue, en ese contexto, una salida inevitable para todos.

Una lección política
La caída de Espert es también una advertencia sobre la fragilidad de las alianzas políticas que se arman al calor del poder. Su figura, asociada al rigor técnico y al discurso liberal clásico, chocó con la lógica pragmática del oficialismo. En la política argentina actual, la ideología parece tener menos peso que la supervivencia.

El caso deja varias lecturas: la dificultad del Gobierno para contener a sus socios, la volatilidad de los espacios sin estructura partidaria sólida y la exposición mediática que puede destruir reputaciones en cuestión de días.

La salida de José Luis Espert marca el fin de una etapa y el inicio de otra aún más incierta. Con su renuncia, el liberalismo pierde una de sus voces más reconocibles, y el Gobierno se enfrenta al desafío de mantener cohesión y credibilidad en un momento crítico. El costo político ya está sobre la mesa: la credibilidad del proyecto de la libertad empieza a resquebrajarse desde adentro.

ChatGPT Image 4 oct 2025, 19_52_58Espert se quebró en Radio Mitre, ratificó su candidatura y negó los vínculos con Machado





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