Polonia calificó como “provocación a gran escala” la incursión de drones rusos en su espacio aéreo

Varsovia confirmó que derribó varios drones que cruzaron desde Ucrania durante ataques rusos y pidió una respuesta coordinada de la OTAN. El episodio eleva la tensión en Europa del Este y marca un nuevo nivel en el conflicto regional.

Mundo10 de septiembre de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Provocación a gran escala.

La madrugada de este miércoles dejó en Polonia una de las situaciones más graves desde el inicio de la guerra en Ucrania. Según las autoridades, al menos ocho drones rusos violaron el espacio aéreo polaco durante un ataque masivo contra objetivos ucranianos. La defensa aérea logró derribar gran parte de ellos, pero el hecho fue calificado por el primer ministro Donald Tusk como una “provocación a gran escala” que no puede quedar sin respuesta.

El gobierno polaco activó de inmediato los protocolos de emergencia. Aeronaves de combate F-35 de la OTAN, desplegadas en bases en la región, participaron de la interceptación junto a sistemas Patriot de origen alemán y unidades locales de defensa antiaérea. La coordinación evitó que los drones alcanzaran zonas pobladas, aunque fragmentos de al menos uno de ellos cayeron en un área agrícola cercana a la frontera. No se registraron víctimas.

La incursión llevó a Polonia a invocar el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, que establece consultas inmediatas entre los países miembros cuando alguno percibe una amenaza directa a su seguridad. Varsovia reclamó una acción conjunta y advirtió que la repetición de estos hechos acerca el riesgo de un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la alianza atlántica.

El primer ministro Tusk fue categórico en su mensaje: “Estamos preparados para responder con firmeza a cada provocación. Polonia no será intimidada ni permitirá que se ponga en duda su soberanía”. Las Fuerzas Armadas incrementaron la alerta en regiones fronterizas, desplegaron refuerzos de artillería antiaérea y reforzaron la cooperación con los ejércitos de Alemania y los Países Bajos, que ya tienen destacamentos activos en suelo polaco.

La tensión también se trasladó a la escena política internacional. Ucrania denunció que la incursión rusa buscó no solo intimidar a Polonia, sino también poner a prueba la capacidad de reacción de la OTAN. Volodímir Zelenski señaló que los drones fueron enviados “con plena conciencia de que cruzarían la frontera” y advirtió que el episodio sienta un precedente extremadamente peligroso para toda Europa.

Los aliados de la alianza atlántica expresaron solidaridad inmediata. Varios gobiernos europeos reclamaron una respuesta proporcional y coordinada, mientras que en Bruselas se programaron reuniones de emergencia para analizar la situación. La Casa Blanca, en tanto, respaldó a Varsovia y reafirmó el compromiso con la defensa colectiva, aunque evitó anticipar qué tipo de represalia podría plantearse.

El incidente refleja una escalada cualitativa en el conflicto. Hasta ahora, los ataques rusos habían tenido como objetivo casi exclusivo el territorio ucraniano. La violación del espacio aéreo polaco, aunque breve, constituye un hecho inédito que pone en jaque la estabilidad regional. A la vez, plantea el dilema de hasta dónde llegará la OTAN en su rol de defensa sin entrar en una guerra abierta con Moscú.

En el plano interno, la sociedad polaca reaccionó con preocupación pero también con muestras de unidad. Los principales partidos políticos cerraron filas en torno al gobierno y coincidieron en la necesidad de responder de manera firme y coordinada. Medios locales destacaron que se trata del incidente de seguridad más grave para el país desde la Guerra Fría.

Mientras tanto, los analistas militares señalan que los próximos días serán decisivos. Si Rusia repite incursiones de este tipo, la presión para que la OTAN adopte medidas más duras se multiplicará. Si, en cambio, se trata de un hecho aislado, Polonia podría buscar capitalizar la situación para reforzar su papel central en la defensa del flanco este de la alianza.

Lo cierto es que la crisis ya dejó una marca: la frontera entre Polonia y Ucrania pasó de ser una línea de apoyo logístico a convertirse en un potencial frente de confrontación directa. Y el riesgo de que el conflicto escale a una dimensión continental nunca estuvo tan cerca desde el inicio de la invasión rusa.

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