Crisis en Mauro Sergio: la histórica textil despide a 150 trabajadores y achica su producción

La fábrica marplatense redujo su planta y volumen de producción frente al derrumbe del consumo interno y el ingreso masivo de prendas importadas. El caso refleja el deterioro del sector textil argentino.

Economía29 de julio de 2025Alejandra LarreaAlejandra Larrea
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Crisis en Mauro Sergio.

La empresa Textilana S.A., fabricante de la tradicional marca de sweaters Mauro Sergio, despidió a 150 empleados y recortó un 20% de su producción. La planta, ubicada en Mar del Plata, venía sosteniendo su actividad a duras penas frente al descenso de ventas, el sobrestock acumulado y la invasión de productos textiles importados a precios irrisorios. Los gremios alertan por el impacto social de este ajuste, que golpea en el corazón de una industria emblemática del interior bonaerense.

Con décadas de trayectoria, Mauro Sergio se consolidó como un símbolo de la producción textil nacional. El anuncio de los despidos generó fuerte preocupación en el sector y podría anticipar una nueva ola de cierres si no se revierte el actual escenario económico.

En el marco de una caída sostenida del consumo, Textilana tomó la decisión de reducir su planta operativa. De los 350 empleados que tenía hace poco más de un año, hoy sólo continúan alrededor de 200. Los trabajadores desvinculados fueron notificados a lo largo de las últimas semanas, en algunos casos sin indemnización completa, lo que motivó reclamos y manifestaciones por parte del sindicato.

La empresa justificó la medida en base al bajo nivel de ventas, la acumulación de stock sin salida y la creciente competencia de prendas importadas, que en muchos casos ingresan al país por debajo del costo de producción local. Según datos del sector, entre enero y mayo de 2025 las importaciones textiles crecieron más del 130%, superando los 1.500 millones de dólares, con un precio promedio por kilo que no llega a los seis dólares.

A esto se suma la falta de crédito, la suba de tarifas y la retracción general del mercado interno, que impacta de lleno en industrias que dependen del poder adquisitivo local. La producción de sweaters, históricamente fuerte en Mar del Plata y otras zonas del país, está siendo desplazada por prendas provenientes de Asia que llegan en volúmenes cada vez mayores y con menor control aduanero.

El ajuste de Mauro Sergio no es un caso aislado. En lo que va del año ya cerraron más de 60 pequeñas y medianas empresas textiles, y muchas otras se encuentran operando a pérdida. El empleo registrado en el sector también se redujo: sólo en el primer semestre de 2025 se perdieron más de 5.000 puestos formales, con epicentros en Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza.

El recorte de personal en Mauro Sergio pone en evidencia la fragilidad de una industria que fue estandarte de la producción nacional. Más allá de lo simbólico, el caso refleja la profundidad de la crisis económica y la falta de políticas activas para resguardar a los sectores productivos. Mientras no se revierta la tendencia de importaciones sin límite y caída del consumo, el riesgo de nuevos cierres es alto. Lo que ocurre en Mar del Plata podría replicarse muy pronto en otros polos textiles del país.

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